CÍMBARA

August 03, 2024

FANTASÍA TERMINAL

Buenas noches nocturnas... Acababa de entrar en meta, tras pasar por los arcos de la torre Eiffel, Remco Evenepoel: medalla de oro de la prueba en línea de ciclismo en carretera, como ya la obtuvo contrarreloj. La medalla de plata fue conseguida por el francés Valentín Madouas, y la de bronce para otro francés: Cristophe Laporte. Respiré, pues, de momento, me cae simpático este atleta. Me refiero a Evenepoel. Como Pogačar, otro ciclista, o Carolina Marín, la onubense también victoriosa hoy. Sería estupendo comprobar los triunfos que la restan hasta conseguir una plaza en la final y más si logra la presea de más valor, pero preferiría no escucharla hablar. Seguramente, digo, el término de una competición, justo recién acabada, es un momento delicado para responder a las preguntas más o menos talentosas de un profesional de la comunicación, ya que el deportista sale de un esfuerzo físico tremendo y difícilmente se puede estar lúcido en tales circunstancias. Lo que pasa es que, en general, como estas personas no se dedican a la oratoria, suelen decir cosas poco edificantes. En las formas y en los contenidos. A menudo los escucho y empiezan a decepcionarme. Sea como fuere, continúo, advertí cierto confortable sopor. Me acordé de algo que había leído acerca de los Juegos. Luego lo he buscado para traerlo a esta pieza. El mismo escenario que el que estamos viendo durante esta edición: París. Año, 1900. Eran los Juegos de la II Olimpiada. Lo sé porque lo escribió Alejandro Alcolea en XATAKA: “Había deportes como los actuales y podemos encontrar el waterpolo, tenis, tiro, natación, remo, gimnasia artística o esgrima, pero también fútbol americano, pelota vasca y el juego de tira y afloja con una cuerda. Sí, eso que jugabas en el recreo fue olímpico en una ocasión”. No obstante, había un verdadero hecho diferencial: “... la que nos interesa: el tiro con cañón. Esta disciplina se disputó en el Polígono de Artillería de Vincennes y, como organizadores colaboradores, estaba la Société de tir au canon de París. Había modalidades individuales, con batería de campaña (varios cañones operados por varias personas) y la batería de asalto (cañones de gran calibre para destruir fortificaciones y posiciones de artillería)”... Me acordé de esto y las efusiones del domingo, como vapor de agua salido de olla de agua hirviente, doblegaron mi vigilia. Soñé con una competición en la que gigantes venidos de otros planetas retaban a los artilleros. El desafío consistía en atrapar las balas de cañón con los dientes, como dicen que hacen los ilusionistas en los escenarios del mundo... bueno, estos detienen las balas, proyectiles evidentemente más pequeños, porque estos artistas, en comparación con los gigantes de mi sueño, no son sino seres más diminutos que los hobbits de la Comarca de El Señor de los Anillos de Tolkien. Pasaban los años, llegaba el futuro y algunas razas alienígenas se atrevieron con los misiles rusos, chinos, estadounidenses y de otras naciones con fuego nuclear. Por desgracia, no todos superaron la prueba. De hecho, solo unos pocos. Y, como la competición se desarrollaba en la Tierra, París terminó en órbita, pero bastante chafada. Fue cuando desperté. En el momento de ver como los hongos asesinos se levantaban desde la superficie arrasándolo todo. Cosas de agosto. Me destoso.

https://www.xataka.com/magnet/juegos-olimpicos-1900-habia-competiciones-tiro-tiro-canon-concreto

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