COMIENZA EL TOUR
Buenas noches nocturnas… Durante una emisión de noticias se ha dicho sin faltar a la verdad. El Tour de Francia comenzó hoy, un poco antes de lo previsto, a causa de la celebración de los Juegos Olímpicos en París. Primera etapa. Ganador y primer maillot amarillo: Romain Bardet. Un escalador que triunfa, tras una etapa de media montaña, con muchos puertos, acabada en llano. Bastante épico, por cierto. Pero esto, ahora, es tan solo una pieza dispuesta como frontispicio de una edificación verbal, también abundante en referencias deportivas. Es el interés, dicen, en la web de El Español, el interés, de los regidores de la ciudad francesa de Nantes. Desean persuadir a los ciudadanos nanteses para lograr en ellos la determinación de resolver sus vidas conforme a opciones más sanas. A este respecto, hacer ejercicio es una de las posibilidades. Entonces, fijándose en los objetivos que se proponen atletas amateurs, a menudo partícipes de retos personales según sus capacidades, decidieron adaptar los radares de tráfico a fin de medir la premura de las personas. Los dispositivos en cuestión detectan aceleraciones a partir de los 4 kilómetros por hora, pero solo dan aviso cuando se alcanza el doble de velocidad. Un plan originado en lo que se conoce como gamificación. Técnicas de juegos ideadas para motivar a propios y extraños. Digo. Porque esperarán un efecto contagio. Que los aficionados a caminar o a correr, muestren una mayor predisposición, hagan ver que se divierten, y ante este ejemplo, otros más acudan a las calles para medirse y desafiarse… Naturalmente, me río. Me río en el río y sonrío. Viejo ripio. Me río más. O sea. Que hacen falta más pantallas, justo, cuando se sostiene la malignidad de las mismas. Ja, ja. ¡Qué talento! ¡Qué ganas de postura! Dinero para las empresas concesionarias y, a buen seguro, en cuanto pase la novedad, pues siempre se origina alguna resonancia, por más estúpida que parezca, el olvido. Se olvidan, los dignos señores que gobiernan la capital del departamento de Loira Atlántico y de la región de Países del Loira, se olvidan de la tecnología personal, de la que cada uno lleva consigo, la de los propios dispositivos. Se olvidan de la razón considerada por los deportistas a la hora de emprender las actividades propias de cada disciplina: si se redoblan los esfuerzos por una señal luminosa, cada determinado paso, pues bueno, pues vale, pues me alegro. Será que somos así. Con todo, hay algunas cosas más serias. En El Español, también, José Luis Cano entrevista al director de la DGT, Pere Navarro, quien es del parecer siguiente: "El 42% de casi la mitad de los accidentes mortales son salidas de la vía. Son accidentes en los que no hay más coches implicados que el que tiene el accidente. Unas salidas de la vía donde lo que realmente ocurre es una velocidad inadecuada. Además, cuando hacemos las autopsias a los fallecidos de estas salidas de vía, en la gran mayoría no hay restos de alcohol, drogas o incluso no encontramos un teléfono móvil cerca del conductor. Y todo esto nos llevó a hacer un estudio más en profundidad y fue cuando descubrimos que el 8% de los accidentes mortales en carretera es por haberse quedado dormido. Por ello estamos en un país en el que se vive bien, pero se duerme mal". O sea: efectivamente, seguimos siendo nuestro principal enemigo. Ocurre que, cuando uno se pone al volante, conoce las condiciones en que lo hace y, si ha de perecer solo, allá películas. Lo malo es cuando, en estas mismas circunstancias de inseguridad, otros son los paganos, terceros que, sin embargo, actúan o han actuado con rectitud, o no, pero son ajenos a los "deseos mortales" de los aludidos. Llego al esprint, pero en circuito cerrado. Me destoso.
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