PERSUADIR A LOS DEMÁS DE LA PROPIA INOPERANCIA, COMO ESTRATAGEMA
Buenas noches nocturnas… Dejadme solo. Pero ni les trato de tú ni me dirijo a ustedes de manera imperativa. Es una expresión que he empleado prescindiendo de las comillas. Una expresión o propuesta mental a mí atribuible, mediante la que responder a un estímulo del que doy cuenta a continuación. Porque en la web XATAKA, Rubén Andrés relata lo concerniente a unos estudios en los que se contempla lo negativo que puede ser prestar ayuda a los compañeros de trabajo, cuando esa posibilidad no fue solicitada. Muy en resumen, diré que, actuar así obra en contra de la eficacia de los individuos y de su autoestima, siempre según lo que se ha llegado a conocer. Entonces. Dejadme solo. Esa es mi reacción. No porque me inmiscuya. Solo observo y hago comentarios. Como dicen que hacen los jubilados instalados al lado de las vallas que se sitúan en el perímetro de una zona o territorio de trabajos de la construcción. Dejadme solo, además, como parodia. Porque estos son mis recuerdos. La parodia del valiente matador de toros que, tras un revolcón durante una de las faenas de lidia de un toro bravo, grita a sus subalternos de esta manera, aunque desee todo lo contrario. Más gráfico es, si el protagonista de una situación como la descrita, o de otra en la que existan conflictos- piensen en una pelea- es sujetado por otros que intervienen de manera secundaria: "Dejadme solo, pero no me soltéis cabrones"… O, de regreso al modelo, “Compañeros, ya lo hago yo, que yo puedo, que yo lo valgo, aunque tarde quince meses, pero, pero, si os vais a quedar y os apetece ofrecerme algunas indicaciones, incluso, solo por afición, acompañarme activamente, tampoco os voy a enviar al paraíso”. Y, de aquí, a la zorrería. Fingir incompetencia para encontrar en la bondad ajena un respaldo desinteresado que permita al ingenioso sinvergüenza, rascarse la barriga mientras el servicial compañero, amigo, familiar, de turno, da el callo. Esto también es muy popular. Y si se propaga lo de evitar la ayuda espontánea, se incrementarán los casos de vivales, “aprovechateguis”, diestros en burlar a cualquiera a la par que se sobreponen a las dificultades de la vida como buen parásito. Parásito. Al igual que otros a los que podemos reconocer en la naturaleza. Lo sostengo sin obstáculo en contra de algunas reservas. Ahora no sé si existen criaturas que actúen contra los de su propia especie de esta manera. Hay opiniones que consideran el canibalismo como una variante. Existen ejemplos en la fauna. Los sapiens entre ellos. De todas formas, el parasitismo con los nuestros es un rasgo diferenciador que ayuda a entendernos distintos a otros habitantes del planeta Tierra. Porque sí, amigos, algunos de los dueños de mascotas tienen razón: los perros y los gatos son mejores que muchas personas. Son preferibles, sobre todo, si estos seres, los de la especie de usted y de la mía, no acreditan galas que hagan sobresalir la excelencia. No obstante, es viernes. Es viernes, todavía. Mañana sábado. Ayudémonos a originar satisfacción. Me destoso.
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