PATÉTICO
Buenas noches nocturnas... Imaginen. En un establecimiento bancario se reúnen un oficinista, representante del pueblo, un mafioso, delincuente dedicado al saqueo de cuentas, y un agente de la policía. Se trata de informar al profesional de algo muy importante. Este trabajador debe saber- para su propio provecho y para el de todos aquellos de sus semejantes a quienes pudiera interesar- que un sistema inmejorable para prevenir y para evitar la consecución de las contraseñas de los perfiles mediante los que se accede a los datos principales de un titular, es servirse de una combinación lírica de versos octosílabos acabados en una palabra que contenga la letra eñe. Por ejemplo. El representante de las fuerzas del orden está contento. Gracias a su labor, los criminales ya no lo tendrán tan fácil. El representante de las empresas dedicadas a la tenencia y préstamo de capitales, en esa condición y en la de ciudadano, sonríe, pues ofrecerá mejor servicio de ahora en adelante y las personas de bien pueden, por esto, continuar sus vidas con seguridad. El criminal, sin embargo, es un ser humano, despreciable, pero feliz. El más feliz del mundo. Gracias a este afán de transparencia, ha podido enterarse de lo que vale un peine. Lo sabe y conoce que la inversión necesaria es infinitesimal... ¿Hilarante? Pues, oiga, esto existe, es real. No en los términos que acabo de narrar, pero, muy semejantemente. Digo que, la policía, mediante informaciones difundidas a través de las redes sociales, alerta de algunas estratagemas a la hora de acudir a pasar un rato de rebozado sobre la arena mientras hace de sí mismo un buen asado. Digo en la playa. Sobre todo, en el caso de acudir solo. Es muy probable que desee darse un baño. Porque al asado le viene bien un poco de salsa. Y, ya que allá a donde se fuere, llevamos con nosotros ciertas pertenencias- documentación, llave de la casa, dinero, dispositivos tecnológicos, etcétera- en el momento de ir a lo del chapuzón, vendrán, los malos, y no dejarán ni miguitas. Entonces. La “poli” recomienda guardar ese material en recipientes cuya apariencia invite a pensar que son lo que son. Por ejemplo, un bote de crema bronceadora. Un envase previamente vaciado y limpio. Una recomendación efectuada sin discriminar. Que se entere todo el mundo. Justos y pecadores. Comunicamos a las señoras ratas que en breve vamos a poner unas trampas a fin de verlas caer, instalaciones que pueden verificar consultando este mapa. Esto es. Como si los desaprensivos fueran tontos o vivieran ajenos a la cotidianidad. Como si no tuvieran acceso, por las buenas o por las malas, a todo aquello de lo que disfrutamos como resultado de una democrática existencia. Lo único que espero es que, dentro de las diferencias existentes entre los malhechores y los agentes de la ley, los primeros acudan a los segundos, para darles las gracias, de algún modo, siquiera ofreciendo beneplácito digital, porque, tanto si los ciudadanos hacemos caso, como si no, tras estas advertencias dichas a voces en la plaza pública, ellos lo van a tener mucho más fácil. ¿Abro la bolsa y no encuentro la cartera? Me llevo el paquete de pañales y hago caja: siempre sale a mi favor a pesar de lo que huela. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT.
Comments
Post a Comment