MENOS HUMOS
Buenas noches nocturnas... Se ha sabido que, en el pequeño estado de Vermonte, entre Canadá y los Estados Unidos, el ministro del interior, Harry Belafent, llegado agosto, sabiéndose responsable de los asuntos generales del gobierno, por delegación- sus compañeros estaban de vacaciones y era el encargado de cubrirlos hasta que llegara la oportunidad de abandonarse a la holganza- estimó que su equipo estaba empleándose adecuadamente para resolver los asuntos habituales, por lo que podía dedicar la mañana a leer la prensa deportiva. Sabía que en algunos países de Europa esto gustaba, confería popularidad, cercanía, y decidió estar a la altura de los dirigentes de naciones prósperas, respaldadas por la historia y la cultura de los grandes en la Tierra. Así pues, tomó el Vermonte Sports Illustrated y se entretuvo en las páginas dedicadas al mundo del motor. Siempre empezaba por ahí. Las carreras, de cualquier especialidad y formato, eran su pasión. Sin embargo, desconocía en esos momentos que estaba punto de dar un paso contra sus intereses. Resulta que, durante una de las competiciones del Campeonato del Mundo de Motocross, se descubrió a varios pilotos, infringiendo las normas que prohíben la utilización de combustibles sin homologar, a fin de conseguir mejores rendimientos en sus máquinas. Esto suponía un grave escándalo e indignó al ministro. Él, tan celoso de la corrección y del juego limpio, no lo podía consentir. Pensó que no había derecho a que sucedieran cosas como estas. Dio un puñetazo en la mesa. Lo hizo con su puño verde radiactivo de Hulk: al fin era uno de sus héroes favoritos. Se quedó unos segundos en silencio. Y tomó una inmediata determinación. Llamó al jefe de gabinete de la casa y ordenó una conferencia con todo el equipo, de inmediato. Una vez ante ellos, habló así: “Señoras, caballeros: a veces los grandes cambios se inician con un decidido avance originado en el lugar más humilde. Nosotros estamos orgullosos de lo que somos, de creer en estos valores y vamos a ser quienes mostremos, al mundo, que existe un camino y que este camino que existe es el que vamos a recorrer. Tomen nota. Desde este ministerio y, más tarde, con el visto bueno del presidente, que nada me puede negar, por razones políticas que ustedes pueden comprender y porque lo que haremos es justo y valioso, impulsaremos una ley para prohibir todo tipo de combustibles como la gasolina o el gasoil”... Hubo, a continuación, cierto murmullo y, de nuevo, silencio. El ministro, tras una pausa de esas a las que tanto recurría, convencido de ser, mediante esa estratagema, más persuasivo, con la misma determinación, dijo: “Los malhechores del mundo, utilizan vehículos a motor para perpetrar sus miserables ataques. Con automóviles, motocicletas, camiones, furgones, se desplazan y delinquen. Como son criminales, a partir del momento en el que se sirven de uno de estos transportes, afrentan a la vida. El deber de un ministro del interior es velar por el orden y la seguridad del Estado y, no cabe duda: cortarles las piernas a los facinerosos, es una inmejorable idea. Por lo tanto, se cancelarán los suministros públicos y privados de combustible, incautándose los vehículos que no se entreguen en acto de buena voluntad. Quienes se acojan al programa de sustitución que pondremos en marcha, recibirán, a cambio, una estupenda bicicleta, que, en algunos casos, puede ser eléctrica. Además, con estas medidas, nos convertiremos, Vermonte se convertirá, en el primer estado libre de humos y del todo consagrado a la vida saludable. Es, señoras y señores, nuestra responsabilidad. Es nuestro trabajo. Solicito de ustedes que den lo mejor de cada uno. Deseo que este equipo esté a la altura. Ahora, pónganse en marcha y adopten las disposiciones que convengan para que podamos presentar la idea, bien detallada, sin flecos- ya saben que no me gustan los trajes mal terminados- para su aprobación cuando, finalizadas las vacaciones, vuelva a reunirse el gobierno. Quedo en manos de ustedes y sé que no me defraudarán. Nunca lo han hecho. O eso creo. Espero sus novedades pronto”... Después, concluida la entrevista, regresó a su despacho y comprendió las muchas adversidades a las que debía hacer frente porque no era capaz de tener amarrada la laringe cada vez que sentía un impulso de ira. Algunos años más tarde, antes de ser asesinado por ese servicio secreto del que usted me habla, a las órdenes de potencias líderes en el sector de la automoción, llegó a ser desdichado porque su iniciativa tuvo éxito y, al poco tiempo, varios gobiernos de los cinco continentes se sumaron a tales presupuestos. El ecologismo proyecta proponerle para el Premio Nobel de la Paz, aunque sea a título póstumo. Esto se ha sabido. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT.
Comments
Post a Comment