CLORETILO


Buenas noches nocturnas… Desde la primavera hasta que se inició el verano, si no me falla la memoria, se hablaba mucho del “fentanilo”, “un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Esta droga sintética fue desarrollada hace más de 50 años”*. Su distribución y venta ocasiona graves perjuicios y constituye otro más de los supuestos por los que se realizan actos criminales a diario, en gran parte del mundo. Hoy, en El País**, mediante una información de la que figura como responsable Álvaro Sánchez-Martín, alertan de una nueva sustancia que, según algunos especialistas médicos tiene efectos “muy rápidos y de corta duración: euforia, risa fácil, descoordinación y, a largo plazo, algo más preocupante: agresividad, problemas cardiacos y daños en el sistema nervioso central”. El nombre de este producto “es cloruro de etilo, más conocido como Cloretilo ―o clore― por su nombre comercial. Se trata de un aerosol que puede adquirirse sin receta en muchas farmacias, parafarmacias, por internet e incluso en máquinas expendedoras. Es un anestésico que se aplica sobre la piel para adormecerla antes de una intervención quirúrgica, pero su uso principal fuera de los hospitales es como estupefaciente, según afirman de manera independiente tres farmacias madrileñas”. A juzgar por lo que he leído, no es nada nuevo. Se considera que existe un consumo cíclico dependiendo de la atención creciente o menguante atribuible a las modas. En todo caso, otra de las tantas, tantísimas posibilidades de estimulación exterior a disposición, legal o ilegalmente, que tenemos y hemos tenido los seres humanos desde quién sabe qué fecha. En todo caso y por razones que no recuerdo ahora, tal vez al reaccionar a algo relacionado con la adicción a las pantallas- esto se dice- pensé que a esas personas que devoran libros como se hartan de platos de lentejas los adoradores de las legumbres, no se les considera personas abducidas y sujetas, dependientes, obsesionadas por un elemento que, de una manera u otra, actúa como una droga. Porque, a ver, las sustancias químicas, incluso las naturales originadas en nuestro propio cuerpo- véase, por ejemplo, el enamoramiento- tienen unos efectos físicos capaces de condicionar ciclos, usos y conductas cuyos detalles se conocen al haber sido estudiados con rigor. Se sabe de los efectos del tabaquismo, de la sumisión al alcohol, del apetito sexual descontrolado y de tantas otras taras sociales, de otros descalabros, en los que, sea directamente, o por medio de un vehículo, el precio a pagar para obtener determinados beneficios es insalvable económicamente, ruinoso desde el punto de vista social y temerario por razones de salud. Pero, ¿y los fans? ¿Acaso no son adictos a una persona? ¿Sus obsesiones no son, en cierto modo, consecuencia directa de una adoración incontrolable y muy parecidas a las que dan lugar esos otros supuestos aludidos unas líneas atrás? ¿Y los videojuegos? ¿Y la gastronomía? Me refiero, claro, a personas que supeditan su ocio a una única actividad hora tras hora, día tras día. El caso es que podría nombrar otras iniciativas, también las profesionales que se desarrollan sin freno, aunque, precisamente porque hay personas que dedican gran parte de su vida a la formación, a la disciplina y al trabajo, existen avances científicos, artísticos, políticos y sociales. Ocurre que, estas personas, cuando han de abandonar la dedicación exclusiva a la que se hayan dado, sufren lo que en términos de drogadicción pudiera ser parecido a “tener el mono”. Con esto me atrevo a decir, no sin riesgo, lo admito, que tal vez no sea una cuestión de tiempo, sino de calidad. Que los seres humanos podemos aprovechar aquello a lo que tenemos acceso regularmente o caer en el hedonismo de experimentar el atracón por el atracón: a dos carrillos, igual delicias que morralla. Estoy seguro de que, si los que ocupan tanto tiempo frente a una pantalla de ordenador, declararan y pudiera comprobarse, que esas horas son de lectura de grandes y reconocidos autores, de músicos, de científicos, no habría objeción alguna. Por contra, se diría de ellos, maravillas. Así pues, ya que terminamos por ser cautivos de lo que sea,  somos propensos, por algo que debe estar alojado dentro de nosotros, al desperdicio, a la basura. Yo no sé qué pueda ser. No tengo ni idea. Pero es lo que percibo. Hoy, al menos. Mañana será jueves. Me destoso.





*

https://www.elmundo.es/como/2023/08/02/64ca216ee85ece6b748b45bd.html



**

https://elpais.com/espana/madrid/2024-09-25/el-cloretilo-vuelve-la-droga-farmaceutica-que-se-consume-sin-receta-y-coloca-rapido.html





Selección gráfica del día...

FLAVITA BANANA en El País 25 de septiembre de 2024



RICARDO en El Mundo 25 de septiembre de 2024



TOMÁS SERRANO en El Español 25 de septiembre de 2024




Selección de contenidos...

Primera:

Grupos, bandas que, a juicio de Carlos Marco, en El País, nunca se reunirán de nuevo.

https://elpais.com/cultura/2024-09-22/por-que-estos-20-grupos-nunca-se-reuniran-salvo-milagro.html



Segunda:

¿Figatell?

Pau Alemany en El País- Gastro



Tercera:

El timo de la nota falsa en el parabrisas del coche...

Andrea Gila en El País- Motor

https://motor.elpais.com/actualidad/alertan-nueva-estafa-conductores-cuidado-si-ves-esto-en-el-parabrisas/















Comments

Popular posts from this blog