EFE
Buenas noches nocturnas... Un individuo examina sus gastos y se da cuenta de un grave problema: el apartado energético, el consumo de la luz, supone la satisfacción de una considerable suma de dinero mes tras mes. Independientemente del estado general de sus finanzas, comprende que dilapida sus recursos y decide hacer frente a tal dispendio. Extrema su cuidado, mejora la instalación de la casa, adquiere dispositivos y electrodomésticos más eficientes, y no obtiene los resultados que esperaba. Al cabo del tiempo, cuando un técnico de la compañía eléctrica acude a su casa para realizar unas comprobaciones, cambian las tornas. El técnico aprecia un enlace equivocado: el contador de su cliente está conectado al del vecino. Por esta causa, sus facturas se han visto incrementadas hasta tal punto de irrealidad como las que se pueden imaginar al conocerse el error... Lo he leído, de otro modo descrito, en El Confidencial, y he pensado en el vecino. ¿Habrá pagado su parte durante todo este tiempo, habrá callado, ocurría con él lo mismo que estuvo padeciendo el protagonista de la información? No lo sé. De eso no se dice nada. Tal vez pudo pensar en la romántica idea de la bendición divina, porque fuera persona tremendamente devota, premio a su piadosa existencia y gracia de la exención a cuyo beneficio podría remitirse. Mas, insisto: son solo fabulaciones mías. No obstante, similares a este, se dan otros casos. Por ejemplo, El de ciertos seres humanos, gordos, obesos, más o menos rellenitos, interesadísimos en adelgazar. Participando en todo tipo de programas, disciplinados, agentes del entrenamiento físico, amigos de las dietas normales y de las salvajes, candidatos a las cirugías gástricas extremas, verdaderos militantes del adiós a la grasa. Son sapiens que desconocen lo que ocurre. Ellos comen por sí mismos y engordan por lo que comen otros, además de lo suyo. Seguramente, un familiar cercano, una novia o un novio, compañeros de trabajo o de actividades recreativas, por supuesto, amigos, adláteres. ¿A cuántas personas puede conocer un ser humano? Lo digo para hacer una estimación estadística que designe la posibilidad de tener a mano a un auténtico tragaldabas, sea hombre o mujer. Hasta que no acierte a pasar cerca de ellos uno de esos médiums capaces de ver el aura y otras manifestaciones extracorpóreas que dicen ser percibidas por personas sensibilizadas, no habrá manera de apreciar el trasvase. La multiplicación de los kilos ocasionada por ese emparejamiento cuyos resultados son, ya lo ven, indeseables. Y subo la apuesta: si ustedes están rebosantes y observan que, alguno de esos a los que me referí, precisamente, empieza a adelgazar al mismo ritmo que usted engorda, tiene que ser eso. Entrelazamiento de funciones extractivas, EFE. Como la letra y como la agencia de noticias. Esto por decir algo. Conviene puntualizar que no serían las cuestiones abordadas las únicas en estar sujetas a este tipo de manifestaciones. Puede que ocurra también con la incapacidad para tomar el ascensor de su lugar de trabajo, durante tantos años advertida, a causa del apresuramiento de sus compañeros misteriosamente diligentes a la hora pulsar los botones y completar la iniciativa antes que usted, cosa que se resuelve una vez se da cuenta de que ha sido lento, pero lento, lento, lento. Muy lento. Hay más, pero ahora no me apetece continuar con las pistas. Por eso, me destoso.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2024-09-30/factura-luz-vecino-recibo_3972166/
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