GENTIL APERITIVO
Buenas noches nocturnas… Un diputado socialista indica que se envidia a su jefe, el secretario general del PSOE y Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ser lo que es: guapo. Y una mujer, guapa, pues entre guapas estuvo, concursando para hacerse valer como la más hermosa y conseguir el título de Miss Universo España, cosa que no logró, se equivoca al hablar de la natalidad empleando, en lugar de este término, la palabra "notabilidad"... Los guapos tienen estas cosas. A pesar de su prestancia cometen errores porque son humanos. Ella, la dama agraciada, según declaraciones ofrecidas a los medios de comunicación, está, dice, tranquila y contenta de las oportunidades a las que ha dado lugar el traspié. Su "sueño", ha comentado, es la danza, pero se mantiene alerta de acuerdo a otras opciones. Por ejemplo, televisión y, también, redes sociales. O sea. Lo anterior era solo un aperitivo de la actualidad. Quienes disfrutan de un aperitivo están felices y, como tales, pueden ser apreciados como gente guapa. De ahí la relación. Todos somos guapos cuando tomamos un aperitivo. Y viene a cuento porque ayer fue el Día Mundial del Aperitivo. Sí, señoras y señores. Esto pasa. Conforme a las informaciones que recabo, todo fue idea de una empresa que ofrece patatas fritas en bolsa, seguramente, a precio de oro. Hay quienes sostienen que esta marca del pecado original ha sido superada y ahora las personas, consumidoras recalcitrantes, al fin, obran festivamente, contentas de ampararse en costumbres culinarias que vienen de antiguo. Aperitivo es una palabra que procede del latín <<tardío aperitīvus 'que tiende a abrir', y este derivado de aperīre 'abrir'>>. Figuran cuatro acepciones en el diccionario: “Que sirve para abrir el apetito”; ya en desuso, “Que sirve para combatir las obstrucciones, devolviendo su natural permeabilidad a los tejidos y abriendo las vías que recorren los líquidos en el estado normal”; “Bebida que se toma antes de una comida principal”, y “Comida que suele acompañar al aperitivo”... Comida, bebida, y todo antes de comer y beber más. Porque quien toma el aperitivo sabe que luego vendrá, a mesa puesta, un surtido de manjares con los que disfrutar de la vida. Sin duda, una variante de la belleza. De la apostura. Quien está contento, y tomando el aperitivo raramente se está triste, se siente guapo. Y si es así, en estos tiempos en los que las declaraciones personales suponen esa profesión de fe laica a la que todo el mundo se adscribe, al decir uno que comparece con planta de modelo de pasarela, queda. Los griegos y los romanos, también eran apolíneos y émulos de Venus, por eso, antes del oportuno banquete, tomaban unas frugalidades bien regadas porque creían que, de este modo, estimularían el apetito antes del plato principal. Hoy en día, nos servimos de ese anticipo para reunirnos y conversar, se coincida o no, después, para el ágape. Dígase que socializamos. Otra cosa que se nos recomienda mucho, aseguran, para mantenernos cuerdos y activos, a la vez que nos dejamos los dineros, asunto que también conviene. Conforme a este protocolo, el periodo clave para disfrutar de vinos, cervezas o combinados, acompañados de tapas y raciones, está entre las 12 de la mañana y las 2 de la tarde. Esto ya lo saben ustedes. De sobra conozco la inclinación que tienen a sentirse hermosos. Ahora, si este comunicado se editase a primera hora de la mañana, lo oportuno hubiera sido invitarles a la información completa, pero ese atracón ya lo habrán despachado ustedes durante la jornada acudiendo a la “fachosfera” o a la “sanchezfera”. El terminal de su preferencia. Yo ceso aquí, por hoy. Me destoso.
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