SEPTIEMBRE
Buenas noches nocturnas… Septiembre es un sustantivo que se pronuncia como quien se tiende o se despliega sin ánimo de emprender algo. Septiembre. Si se separan las sílabas, el tiempo termina por ralentizarse. Es un tren expreso, un convoy nocturno. Que va, sí, pero persuadido de acudir a donde fuere con el desinterés por la premura. Y, sin embargo, septiembre es la reanudación. El retorno al trabajo... ¿Es que no se trabajó durante los meses anteriores? Sabemos que sí. Desconozco las estadísticas y si proporcionan datos esclarecedores a fin de valorar cuántos "descansan" y cuántos laboran... entrecomillo la palabra, el verbo, porque no me parece muy descansada la vida del veraneante. Salvo que se tengan ingresos sobrados- lo que se llama ser ricos o casi- y puedan contratarse los servicios elementales o los caprichos, todo lo rutinario permanece. Todo menos la obligación de comparecer sujetos a unos determinados horarios, en las instalaciones oportunas, para satisfacer las tareas por las cuales se nos paga. Volver a la rutina, como dice ELLA que es expresión a la que se ha abonado la gente, además, con cierto alivio por haber recuperado bienes que, en su día, un mes antes, se tuvieron por indeseables, es solo una manera de hablar a sabiendas de que lo dicho pertenece a la ficción. Se dice porque, mediante ese provecho, acontecemos con un brillo considerable. Destacamos en el horizonte. Pura teatralidad de patio de colegio. De todos modos, para ser viernes, hay menos público frente a la impasibilidad de unas aguas que continúan a lo suyo. Solo se manifiestan acercando sus rodillos a la arena mientras se dejan bendecir por el sol y recibe a algunos pájaros a la hora del desayuno. Al menos, solo en la lejanía, puedo divisar algunas sombras que se desplazan en paralelo con el punto de observación en el que me encuentro. Diría que son motos de agua. Por la velocidad... ¿De qué se alimentan las motos de agua?, acabo de preguntarme. ¿De combustible? No: de prisa. Es cierto que, en un principio, los agentes que las manipulan desean ir sin llegar a ningún sitio. No como quien se desplaza del punto A, al punto B. La movilización se debe al recreo. Es un juego. La fascinación ante la perspectiva de recorrer el mundo sin interposiciones ni límites, desafiando las leyes de la física. De ahí que, en algunas ocasiones, sobrevengan los accidentes. Son la consecuencia lógica de la temeridad. Pero, no estaba proponiéndome tal cosa. A las prisas, solemnidad o simple quietud como contramedida. Cada vez hay más espuma, aunque todavía no se rifan las cervezas. Estoy escribiendo todo esto a las horas del cafelito con leche y la tostada. La bollería no, porque obra insolidariamente: no solo perjudica al consumidor particular, sino a sus semejantes, pues enfermarán los golosos y se originará un gasto intolerable. También enfermarán aquellos a los que el dulce surte efectos próximos a la indiferencia, pero, visto el pecado, ajustíciese al pecador. Como vivimos en sociedad, todo nos afecta, desde luego cuando prescindimos de las graduaciones. Es lo mismo zamparse un par de cruasanes por sistema que circular a doscientos kilómetros por hora por una carretera secundaria. Estas son las medidas. El problema, para mí, es la propia existencia de la gente. Me incluyo. Pero, puestos a elegir, prefiero solo a unos pocos, menos de los que usted piensa, y no precisamente siempre cerca. Acepto con naturalidad que otros piensen lo mismo y quede servidor fuera de la ecuación. Sea como fuere, a usted no, a usted lo conservo: como lector o escuchante de estas parrafadas merece lo mejor. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT
Comments
Post a Comment