MASAS
Buenas noches nocturnas... Arturo Escobedo, en una web llamada “Entorno Turístico”, afirma: “El turismo de masas es aquel tipo de turismo que conlleva el desplazamiento de un gran número de personas hacia destinos preponderadamente de sol y playa y culturales, por su carácter popular y masivo, con la finalidad de recorrer, conocer y absorber los destinos sin un control o capacidad de carga establecida”. Una vez escrita la pregunta en un navegador- ¿Qué es turismo de masas? - obtengo, entre otras, esta referencia, la anterior- el algoritmo sabrá- que no me parece desencaminada. Ahora, mi interés por el fenómeno dicho, por conocer una definición a la que remitirse, viene de leer acerca de unas protestas que se desarrollaron en Canarias, este domingo pasado, contra la experiencia, seguramente practicada por los propios manifestantes, en lugares que no son su casa. Yo también estoy en contra del turismo de masas. Cuando me desplazo por ahí, también soy turista y, como mi gusto coincide con el de muchos otros, pertenezco a la masa: a esa masa. Pero me parece bien, estoy de acuerdo con estas iniciativas. De hecho, estoy en contra de cualquier concentración humana masiva. Como, por ejemplo, una manifestación. Como, por ejemplo, una aglomeración con motivo de la espera a la entrada de un estadio. Como, por ejemplo, cuando rebosan los vestíbulos de las estaciones de ferrocarril o los aeropuertos. Como, por ejemplo, cuando los centros de salud y los hospitales, están de bote en bote. Toda afluencia humana, excesiva, me disgusta. Tengo que aguantarme, pero me contraría. Me place más, cuando las cosas se tuercen, obrar de acuerdo a mis posibilidades, y, en vez de apuntarme a estas demostraciones de fuerza e indignación, legítimas pero inanes, desde mi punto de vista... y, en vez de adquirir pegatinas y carteles y aprender pareados musicales, acudir a las urnas para decidir con mi voto. Bueno, es otra manera de hablar. De sobra sé, queda claro convocatoria tras convocatoria, que, por muy convencidos que estén los que protestan, si lo llevan a cabo independientemente de las ideologías de cada cual, atentos solo al problema que origina la ocupación de las calles por parte de los ejercientes y de los partidarios de ese supuesto, luego, a la hora de la verdad, cuando es preciso designar gobiernos, prietas las filas, cada uno con los suyos. Por otra parte, ¿cuántos turistas son suficientes? ¿Cuántos son demasiados? ¿Qué número es el tolerable? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para dar ejemplo? Muchos signos de interrogación y escasas respuestas de parte de todo el mundo. De parte de los manifestantes, también. Ellos solo quieren que se resuelva lo suyo. Y si fuera afectado yo, querría lo mismo. Ahora, eso sí: al salir de mi casita para acudir a otro barrio, a otra ciudad, a otra región o a otro estado, me encargaría de hacerlo como si fuera carnaval. Para que no se conocieran los detalles de la hipocresía en mi rostro. Los detalles de un problema que se llama humanidad. Si no fuéramos como somos habría menos problemas. Si, por ejemplo, cuando salimos en masa a divertirnos, y lo hacemos por las calles en las que residen otras personas, tuviéramos el más mínimo respeto y educación, disfrutaríamos de nuestro ocio con más cuidado. Con más observancia, recordando los eslóganes que alguna vez hemos cantado. Los actores de este tipo de “revueltas” son también protagonistas en la serie de incomodidad social que procuramos a nuestros semejantes en cuanto hemos cruzado las fronteras de nuestro más o menos pequeño territorio. Que ya nos conocemos. Me destoso.
https://www.entornoturistico.com/que-es-el-turismo-de-masas/
https://www.epe.es/es/sociedad/20241020/canarias-limite-vuelve-calles-denunciar-109882683
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT
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