MEDIOCRIDAD
Buenas noches nocturnas… Si me propusiera escribir la bazofia suprema, tal vez, ya la estaría escribiendo. No seré el primero que emprenda una redacción persuadido de que lo que se exponga en ella contenga los atributos de una pieza memorable. Sin embargo, a pesar de los pesares, es muy probable que, según con lo que se coteje, estos comunicados no puedan sino pertenecer a los que se acumulan sobre el montón… o debajo. Porque, aunque ahora mismo desconozco el origen de esta idea, he pensado en lo bien entrenado que he de estar para lograr que un artefacto propio consiga el galardón indiscutible a la creación más desventurada. Que tampoco tengo más empeño. Es solo una cuestión de simetría. Si los genios de la vida han aunado talento, esfuerzo y tiempo a fin de mostrar al mundo obras impecables, por fuerza, tiempo, esfuerzo y ausencia de perspicacia son necesarias para desarrollar el horror estético, al menos. Como analogía facilona, pudiera decir que una escultura de Miguel Ángel es a la belleza, lo mismo que el ‘Ecce Homo’ de Borja a la sinrazón artística. Tampoco me he quebrado mucho la cabeza, debo reconocerlo. No obstante, el lector debe tener en cuenta que me desligo de cualquier valor relacionado con la excelencia a la hora de confeccionar este largo párrafo. Ya me afean que junte todas las palabras sin las oportunas agrupaciones y los declaran, por eso, ilegibles. El mismo Copilot, primo de ChatGPT, tiende a examinar mis escritos sin ninguna benevolencia. Por lo tanto, vamos bien. Eso sí, antes de continuar, y como elemento que he creído indispensable a fin de situarme y, por eso mismo, procurar que ustedes lo estén, he aquí un poema esclarecedor, obra del poeta salmantino Óscar Gavilán. Se llama “EL POEMA MÁS MEDIOCRE”, y dice así: “Os presento el poema más mediocre, / en el más mediocre de los mundos, / donde grandes mediocres, / hablan en mediocres charlas banales, / que gente mediocre ensalza / aumentando su mediocridad. / Estos mediocres versos / expresan, sin brillantez alguna, / nada importante, todo mediocre: / gente mediocre con objetivos mediocres, / gustos mediocres dentro de esta mediocre sociedad, / que mira a un futuro mediocre, / cegada de un pasado brillante / que lo mediocre ha ocultado, / bajo mediocres diamantes falsos / que se muestran en medios mediocres y hostiles. / Lo mediocre impera a cada paso / que un mediocre viandante da, / enfundado en sus mediocres sandalias. / Incluso los sentimientos se sienten / a medias, con mediocridad. / Sociedad mediocre, / alimentada por grandes deseos / de llegar a ser un gran mediocre / para sacar la nariz y no ahogarse / en este mar de mediocridad, / y respirar oxígeno caducado. / El amor se demuestra a medias, / o no se demuestra… mitad y mitad, / en este planeta repleto de medias tintas, / con tintas de verdad, solo a medias. / Mediocre realidad. / Estos mediocres versos de mierda / llegan a su final y mueren / en la mediocridad más absoluta”... De modo que, si acepto las enseñanzas de esta proposición, deberé convertirme en alguien en verdad mediocre. Que, tal vez, ya lo sea. Habré de realizar una de esas encuestas tan a menudo efectuadas en las redes sociales, para saber mi grado de aceptación general y la cota de insoportable presencia que genera la sola posibilidad de entrar en contacto conmigo. Luego, una vez me constate mediocre, buscar una comunidad de iguales con la intención de que se me acepte. Dentro, más tarde, solo puedo ir a peor, cuesta abajo, sin freno. Y sabré que he alcanzado mis objetivos cuando haga tope. Por lo tanto, aún me queda un largo camino. Al final, si quiero, puedo. O ya haya podido, no lo sé. Ustedes dirán. Me destoso.
https://letrasypoesia.com/2016/09/02/elpoemamasmediocre/
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT
La mediocridad es el estado natural de los seres humanos (al completo)
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