ANIMALADA
Buenas noches nocturnas… Puede que tenga un zoo. Una manera de avisar acerca de lo que comparta acto seguido. Puede que lo tenga, puede que acuda a uno de esos recintos, puede que resida en él, si tenemos en cuenta el territorio urbano como aquella unidad de convivencia en la que la fauna alterna con sus carceleros, con sus dueños, con sus humanos: la variante animal que dice comportarse con los otros con sumo respeto y simpatía. O sea que, si alguna vez hubo una instancia particular para unos y otra distinta para los demás, tales supuestos son cosas del pasado. Algunas bestias son criaturas con derechos que, más allá de la utilidad, dicen, forman parte de la vida, incluso sentimental, de quienes declaran vínculos afectivos, a veces superiores o más valiosos a los que se tienen entre personas. Por lo tanto, en este zoo, las mascotas valen, pero cuestan. Nada es gratuito. Al fin y al cabo, hay que pagar, siempre hay que pagar. Y quienes tienen la tutela de gatos, perros, periquitos, ranas o gallinas, puesto que comienza el año y uno de los privilegios de quienes acuerdan o imponen los precios de las cosas, por estas fechas, es disponer un aumento sustancioso de las cantidades a entregar por la obtención de determinados servicios o la compra de plurales mercancías, quienes tienen la tutela, pagarán más. Al parecer, según una información que desconocía, en virtud de la ley aprobada el 29 de septiembre de 2024, Ley de Bienestar Animal, los propietarios de perros han de “contratar un seguro de responsabilidad civil, algo a lo que, hasta entonces, solo estaban obligados aquellos que poseían un perro considerado de raza peligrosa”. Es muy probable que las cuotas suban y que quienes se estrenen como patronos de cualquier cánido, deban desembolsar las tasas pertinentes. Y si lo que venga no se ajusta con exactitud al planteamiento que acabo de hacer, ya se articularán las medidas adecuadas a fin de proporcionar más capitales. Total, de alguna manera han de sufragarse esos fastos lumínicos y de otro orden, cuales los ofrecidos para disfrute de la ciudadanía, durante algo más de un mes. Nos guste o no nos guste. El bien común es lo que parece. A mesa puesta te apetezca o no el menú del día. Ahora solo resta hacer efectivas las normas, por ejemplo, conforme a la existencia de animales que viven sin asociación a la que remitirse y se llegan a constituir en plagas. Pasa con los ejemplares de gatos, de palomas, tan acostumbradas a subsistir gracias al empeño de personas dedicadas a su alimentación. Como si estos animales no pudieran valerse por ellos mismos para asegurar sustento y demás necesidades. Como fuere, en la Moncloa, Pedro tiene otra preocupación. ¿Cuál? Las dichas palomas. ¿Es que se entretiene en pasear por los jardines repartiendo grano? No lo sé. Sánchez puede que sea generoso. Puede. Puede que ame a los animales. Puede. Puede que, tras haber transitado por las nubes, junto a José Luis Rodríguez Zapatero, político de la paz, contagiado, observe en las criaturas inmortalizadas por Picasso, un algo de nostalgia reincidente. No obstante, se ha sabido que, en 2024, el Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes inició un proceso de licitación para contratar un servicio de control de palomas en el área del Palacio de la Moncloa. Para esto, se prevé la utilización de aves rapaces, con el objetivo de disuadir a las intrusas en estas áreas. Desde el Ministerio se considera la sobrepoblación de estas aves en el recinto, que no solo daña los edificios, un evidente riesgo para la salud. El contrato tiene un valor estimado de 14.990,45 euros sin IVA (aproximadamente 18.000 euros con IVA), según ha informado “Animal’s Health”. De modo que todo son gastos, da igual si los invitados se presentan tras estricto requerimiento o mediante repentina iniciativa. Y no nos gusta abrir la cartera o servirnos de la tarjeta bancaria para abonar una cuenta que nos parece inoportuna. Puede que estemos picando más alto de lo que nos corresponda. Un refrán dice: “Hasta los gatos quieren zapatos”. Propio para designar a los que “tienen pretensiones superiores a su condición y mérito, a quienes quieren sobresalir y parecer más de lo que son”. De lo que son o de lo que tienen. Me destoso.
https://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2025/01/07/677cc94ae2704ef3258b4595.html
https://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/ficha.aspx?Par=58802&Lng=0
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona GROK y fue editada después.
Comments
Post a Comment