DE LAS BOMBILLAS ARDIENTES
Buenas noches nocturnas... Una vez la pesca concluida, recojo los aparejos y retorno al puerto. Finalizadas algunas tareas correspondientes a la jornada, de esas que deben realizarse para garantizar el mantenimiento de los usos y costumbres domésticos, me hago a la mar y procuro encontrar pescaditos. «Depredación» de subsistencia lo llamaremos. Y, creo haber atrapado un pez aceptable, digno de la preparación, en palabras, que están empezando a leer. Los materiales elegidos tienen que ver con la denominada «generación Z»... Esto de dar nombres a los nacidos dentro de una misma época no sé de dónde surge ni por qué, pero, me imagino, será cuestión de etiquetar a esas gentes con fines sociológicos. Ahora bien, en la Wikipedia, primer párrafo, se refieren así a este grupo de individuos: «La generación Z es la cohorte demográfica que sigue a la generación milénica y precede a la generación Alfa. Conocidos coloquialmente como zoomers, se suele incluir como parte de la generación Z a aquellas personas nacidas desde mediados o finales de la década de 1990 hasta principios de la década de los 2010 o principios de la siguiente. La mayoría de las personas pertenecientes a la generación Z ha utilizado internet desde muy joven y se siente cómoda con la tecnología y los medios sociales. Se estima que las personas de la generación Z corresponden al 23,7 % de la población mundial». Vale. Generación Z. Zoomers. ¿Y qué les pasa? Según la noticia que he examinado, se están convirtiendo en «GOTDIT»: «siglas anglosajonas que equivalen a "dejar que otros lo hagan" o Get Others To Do It». Entonces, parece ser que, al menos de acuerdo con un gran porcentaje, estas personas son de las que se desentienden de todo aquello que implique realizar trabajos caseros: reparaciones de carpintería, electricidad, mecánica, albañilería, fontanería, etcétera. Prefieren que otros asuman esa responsabilidad, sin importarles satisfacer económicamente a quienes atiendan esas necesidades de servicio desde el punto de vista profesional. Todo esto ha de entenderse a partir de un estudio del que se ha hecho eco el diario británico The Times, periódico que publicó los datos de un estudio ofrecido por el portal de productos automovilísticos y ciclismo inglés Halfords. El estudio revelaba que «el 21% de los jóvenes de entre 18 y 27 años –edad en la que se encuentra actualmente la generación Z—no se veía capacitado para realizar pequeñas tareas de bricolaje básicas como cambiar la bombilla de una lámpara en el techo o inflar un neumático». Conforme a esta muestra, un gran número de ellos alegaban que, por ejemplo, cambiar una bombilla resultaba inconveniente a causa de las altas temperaturas que alcanza el artefacto. Asimismo, subir a una escalera lo consideran una actividad de riesgo. Por otra parte, dadas estas perspectivas, tal vez porque los padres contemporáneos buscan, ante todo, proteger a sus vástagos de los «terribles» peligros de la vida moderna, optaron por renunciar a instruir a sus chicos. Eso que se ahorraron porque son personas muy ocupadas y no merece la pena dedicar esfuerzos a lo que se recibe con hostilidad. Vamos, digo yo. Que los muchachos viven para lograr lo que se propongan y, o lo toman porque la familia o los amigos, o la sociedad, se lo proporciona, o, simplemente, si resulta complicado para ellos, lo desestiman sin acomplejarse. Así que los chapuzas, los manitas, observan con confianza el futuro. Van a tener oportunidades de negocio, verán sus puestos laborales consolidados y saben que les espera un mañana sobresaliente. Es lo que tiene la vida. Determinadas actividades resultan beneficiosas porque hay quienes se sienten perjudicados por las mismas. Por ejemplo, de no haber enfermedades, los sanitarios serían innecesarios. Mi fisioterapeuta tendría que cerrar la clínica en cuanto las personas que acudimos a su consulta sanáramos de pronto. Esto es así. Y así es el planeta, en cuanto a su población, o a parte de ella, si todo lo anterior es un fiel reflejo de la realidad. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona DEEPAI y se editó después.
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