A PROPÓSITO DEL SILENCIO


Buenas noches nocturnas... Por esos caminos que se recorren solo a tientas, porque como no sé, no percibo, o no percibo porque no sé, que parece similar, pero puede que no sea idéntica cuestión, pues es otro asunto al que quiero referirme, encuentro a Pessoa, y lo escribo aquí: «Señor, vino la noche, el alma es vil. / ¡Tanta fue la tormenta y la esperanza! / Nos restan hoy, en el silencio hostil, / el mar universal y la nostalgia». Es, lo acaban de leer, el producto, no del todo satisfecho, de mi búsqueda. Porque, he de encontrar respuesta a la pregunta: «La oscuridad: ¿una forma de silencio?» Una cuestión que figura como título de un artículo publicado en ETHIC y que lleva la firma de Mariana Toro Nader. En esta pieza se citan experimentos y estudios. Se dice de la oscuridad y del silencio que pueden tener beneficios para la salud mental, como reducir el estrés y promover el descanso reparador. Sin embargo, también se advierte de que el aislamiento extremo puede tener efectos negativos, como la depresión y la ansiedad. Y es aquí, cuando termino de leer lo que queda al alcance de ustedes, pues el oportuno enlace se ofrece al final, es aquí cuando me doy cuenta: determinados materiales, incluso manejados por gente experta, son peligrosos en extremo. Digo que alguien, en algún lugar, al saber de estas cosas, estando al tanto hasta el punto de no sobrepasar sus rudimentos, como yo las conozco ahora, por comercio o vanidad, o por las dos cosas, puede acudir a la plaza pública, a las redes sociales, y disertar acerca de las excelencias de la silenciosa oscuridad, por más que, como la nombra el poeta luso, sea, también, madrina de vilezas y de hostilidades. Precaución. Pero, ¿será, en verdad, una forma de silencio? ¿Lo será? Carezco de pruebas, pero si comparto con ustedes todas estas palabras, demuestro valentía o temeridad, como les parezca, por eso tengo mis razonamientos, y los expongo a continuación. Si la oscuridad reporta una ocasión de silencio, incluso si consideráramos que el silencio resulta siempre beneficioso, debe admitirse, aunque parezca evidente, que se trata de una oscuridad que se desea o, al menos, es aceptada. A partir de ahí, la concentración a la que obliga la oscuridad, puesto que son los otros sentidos quienes deben multiplicarse a fin de otorgarnos la funcionalidad que podemos esperar de cada uno de nosotros, como les sucede a los ciegos, proporciona una cierta celosía o pantalla, ante estímulos originados más allá del círculo que hayamos dispuesto. Lo que intuyo es que existirán maestros y técnicas que aprender, en el caso de que se quieran lograr beneficios extraordinarios de esta disciplina, la de estar a oscuras, la de privarnos circunstancialmente de la luz, que han de abordarse bajo la supervisión de los especialistas. De lo contrario, podría estar esperándonos la confusión y la derrota, si no acontecen cosas peores. Dicen que decía Pitágoras: “Escucha y serás sabio. El comienzo de la auténtica sabiduría es parte del silencio”. Mas, desconozco si, para alcanzar una disciplina según la cual los candidatos a ingresar en su escuela debían permanecer en riguroso silencio previo durante cinco años, consideraba útil, el maestro, ampararse en la oscuridad. Desde luego, sea por lo mucho que se prestan las horas sin sol a rebajar la sonoridad de todo—salvo para los irredentos festeros—o por el común descanso al que se dedica la mayoría, cabe pensar que las personas residentes en territorios en los que la noche supera en mucho a las jornadas iluminadas, puede que ofrezcan especiales alicientes. En todo caso, tampoco conviene hacer de la calidad del silencio y de la oscuridad tomada como parte de lo callado, bandera. En un poema traducido al español, de Emily Dickinson, se encuentra una voz que dice: “Temo a la persona de pocas palabras. / Temo a la persona silenciosa. / Al sermoneador, lo puedo soportar; / al charlatán, lo puedo entretener. / Pero con quien cavila / mientras el resto no deja de parlotear, / con esta persona soy cautelosa. / Temo que sea una gran persona”... Pero, podría estar equivocada la poeta. Muchos trompeteros solo causan molestias con sus excesos y sonadas, mientras otros, recogidos, menesterosos en todo, urden y promueven la desgracia. O sí. Me destoso.



https://cbamadrid.es/pessoa/tema.php?id=4


https://ethic.es/oscuridad-una-forma-silencio




https://lamenteesmaravillosa.com/la-disciplina-del-silencio-segun-pitagoras/?form=MG0AV3




https://www.elespanol.com/el-cultural/blogs/tengo_una_cita/20120612/silencios-emily-dickinson/5119497_12.html




La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona IDEOGRAM y fue editada después.





Selección gráfica del día...

JL MARTÍN en La Vanguardia 12 de febrero de 2025



EL ROTO en El País 12 de febrero de 2025



JM NIETO en ABC 12 de febrero de 2025



Selección de contenidos...

Primera:

Hooked

En el Canal DoodletmeGO

https://www.youtube.com/watch?v=JHjb-14sG8o



Segunda:

"Estrellas <<temperamentales>>"...

En Europa Press Ciencia

https://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia-estrellas-temperamentales-distorsionan-vista-mundos-lejanos-20250207171644.html



Tercera:

¡El supplì!

Noelia Hontoria en ALIMENTE-EL CONFIDENCIAL


















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