AL APAGAR SU LUZ SE APAGA EL COSMOS
Buenas noches nocturnas... En la Wikipedia se puede leer: «Amado Ruiz de Nervo y Ordaz, más conocido como Amado Nervo, fue un poeta y escritor mexicano, perteneciente al movimiento modernista. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, pero no pudo serlo de número por residir en el extranjero». No lo he leído mucho, pero, de acuerdo con mis necesidades para establecer algunas cosas al comienzo de este comunicado, tengo aquí una de sus estrofas: «¡Oh, bienaventurados los que duermen! / Para ellos se extingue cada noche, / con todo su dolor el universo / que diariamente crea nuestro espíritu. / Al apagar su luz se apaga el cosmos». Este fragmento pertenece al poema «Dormir», una pieza oportuna para tratar, a continuación, lo referente a una noticia que conocí ayer. Todo esto surge a propósito de un estudio realizado por la investigadora Kyla Fergason, de la Universidad Baylor en Waco, Texas, Estados Unidos. Para ser precisos, en el titular se puede leer: «Los ateos duermen mejor que los creyentes, según un estudio». En el texto atribuible a Wine Not, en CULTURA INQUIETA , se menciona que el número de personas entrevistadas superó las 1500 —una más, tan solo—. Los resultados muestran que los ateos y los agnósticos tienen más probabilidades de dormir mejor que los católicos y los bautistas. Según el estudio, «el 73 % de los ateos y agnósticos duermen siete o más horas cada noche, lo cual encaja con las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño para promover una salud óptima», mientras que solo el «63 % de los católicos y apenas el 55 % de los bautistas» logra este objetivo. Por lo visto, no hubo interés en incluir a personas de otras confesiones. Sin embargo, lo que tampoco se expone son las razones que podrían explicar estas circunstancias. Mi hipótesis es que las personas religiosas, conscientes de la responsabilidad y la culpa, analizan con mayor intensidad sus comportamientos y pueden sentirse incómodas consigo mismas. En contraste, aquellos que no tienen creencias o se inclinan ante poderes terrenales tienden a restar trascendencia a un futuro en el que se deba rendir cuentas. No recelan ante lo que supondrá una nueva vida, en la que podrían ser destinados al bien supremo o al mal infinito, y van resolviendo los problemas conforme se presentan, con más o menos acierto. Para decirlo de manera simple, en las personas que se han desvinculado de lo místico cesa, al menos ocasionalmente, una voz interior rigurosa e inflexible. Claro que no estoy insinuando que las personas ateas sean insensibles o incapaces de valorar las cosas. Ante un altar o el oleaje oceánico, quienes buscan plenitud despliegan lo mejor de sí. Al fin y al cabo, es solo una manera de verlo. Es probable que las explicaciones sean más pedestres o que yo me haya subido a la parra, porque al Mulhacén no llego. En todo caso, y llegados a esta línea, debo convocar al poeta, porque temo que suceda lo que él enuncia, mejor que yo: una reacción de quienes estén leyendo, que no querría. Así que, antes de que me digan: “No turbes, pues, mi paz con tus discursos, amigo: mucho sabes; / pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate! / No quiero gloria ni heredad ninguna: / yo lo que tengo, amigo, es un profundo / deseo de dormir…”, antes de eso, concluyo. Venga Morfeo y apáguese el cosmos. Me destoso.
https://www.poemas-del-alma.com/dormir.htm
https://culturainquieta.com/estimulante/los-ateos-duermen-mejor-que-los-creyentes-segun-un-estudio/
La imagen aparece en:
https://www.zendalibros.com/5-poemas-amado-nervo/
Anoche compuse una nana.
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