DIVAGACIONES DE MARZO
Buenas noches nocturnas… Una pareja de salmonetes, acostumbrados a girar como derviches siempre que desean alcanzar un trance premonitorio, acaba de realizar sus vaticinios para el mes de marzo. También han anunciado su próxima aparición en distintas televisiones generalistas, emisoras de radio y pódcast, además de sus habituales contribuciones a las redes sociales. Entre las cosas que “nunca” se deben hacer en marzo, destacan cuatro acciones absolutamente desaconsejables: meter al perro en la lavadora, guardar las zapatillas de deporte en la nevera, lavarse los dientes con un estropajo y escribir con salchichas industriales. En un breve documental que se estrenará en diversas plataformas audiovisuales, explican lo inadecuado de estas acciones. Por ejemplo, sostienen que intentar limpiar a las mascotas caninas introduciéndolas en una lavadora no solo es cruel y peligroso para el animal, sino que también arruinaría el electrodoméstico. Un gasto innecesario y potencial origen de quebraderos de cabeza financieros. Los expertos aconsejan esperar a un cambio en el clima, como lluvias fuertes, para llevar al perro al patio o al balcón y dejar que la naturaleza procure a los chuchos una ducha gratuita y revitalizante. Los pelos desprendidos durante este proceso pueden recogerse y desecharse adecuadamente, arrojándolos a la calle como quien envía confeti a los cielos, pues los servicios municipales de limpieza aparecerán como brigada de superhéroes ante los que la suciedad no puede resistirse. Por otro lado, las zapatillas de deporte, o “zapas”, como se les llama en ciertos círculos, necesitan atención restauradora tras un largo invierno. No obstante, no es eficaz meterlas en la nevera para refrescarlas o dejarlas como nuevas. Además, ¿qué dirían las judías verdes, las sardinas o el lomo adobado? Probablemente, organizarían una revuelta en el frigorífico. Una alternativa propuesta por los expertos es servirse de un relleno con bolas de helado mentoladas, para refrescar el interior y, después, es posible convertirlas en macetas, en las que se plantarán hierbas aromáticas: una vez crecidas mejoran el olor de nuestras playeras con toda seguridad. De todas maneras, a veces se quieren cosas descabelladas. Como utilizar estropajo para lavarse los dientes. ¡A quién se le ocurre! Cierto que marzo es un mes de renovación. La primavera está cerca. Todo va a cambiar. Y es lógico desear una sonrisa nueva, unos dientes frescos para enseñarlos a partir de ahora. Pero, desdeñen los métodos abrasivos. No son buenos. Los dentistas nada han dicho acerca de lo que sigue, pero los terraplanistas y otros títeres con cuenta abierta en distintos apartaderos de internet, han demostrado estar de acuerdo con otra solución: usen flores a puñados, pétalos de flores. Vayan a conseguir el producto en sus floristerías de cabecera, asegúrense de que no se llevan unas de plástico y, ya con su botín, frótense la boca mediante un palo de madera: un poco más grueso y romo que un mondadientes. Es un tratamiento lírico, sostenible e inclusivo. No lo olviden. Como deben recordar que he desestimado por mí mismo, y en eso cumplo con la premisa de resistirse a emprender algunas cosas en marzo, he desestimado, digo, la idea de escribir con salchichas Frankfurt. Nada de salchichas. Queman mucho al sostenerlas -recuerden que hay que cocinarlas para obtener algo de tinta, siquiera del aceite empleado- y la maniobra es una fuente de enojoso unte. Confieso que lo hice durante algunas épocas, pero los dermatólogos me lo han desaconsejado. Y los nutricionistas y los psiquiatras también están en contra. No creo que sea para tanto, pero ya está. Me he curado. Por si no fuera suficiente, estos consejos han sido complementados gracias a la sabiduría inesperada del vecino del quinto, quien, en circunstancias algo peculiares, compartió sus enseñanzas durante las horas menos hospitalarias de la madrugada. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona Microsoft Designer y se editó después.
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