EL DEFENSOR DEL MAYOR

Buenas noches nocturnas… De existir en esta localidad una persona que ejerciera como Defensor del Mayor y recibiera a los ciudadanos a fin de atender el despacho de los problemas que existiesen, y fuera servidor uno de esos individuos a los que podría interesar una visita a las dependencias en las que ejerce el responsable, empezaría por felicitarle y, sin pérdida de tiempo, compartir con él mis impresiones. Primero, la de la desconfianza. No creo que sea posible obtener reparo, porque los caminos de la política son laberínticos y las instancias con capacidad ejecutiva están a otras cosas. Segundo, la de la asunción de lo que hay: lugar y butaca para decir que algunas cosas no están bien. De esta manera, los clamores que se lleva el viento, como ocurre generalmente, tienen receptor y eso ofrece una ilusionante, aunque vana, espera. Y, tercero, los problemas. ¿Cuáles? Los que tienen que ver con mi condición de peatón. Advertiré, de inmediato, que no son privativos de gente con una edad determinada, pero, puesto que el escenario de las cosas es el que ha de tenerse en cuenta y no otro, allá vamos. Como peatón, la movilidad a la que, como cualquier otro, tengo derecho, se pone en discusión a diario. Y no son las autoridades los agentes de tal atropello. Los habitantes de este territorio, gente como yo, deciden que es mejor para ellos conducirse como lo hacen. Seguramente creen que tienen derecho o dispensa y luego... en fin: la ley del más fuerte, como en la selva. Mas, no nos alobemos, como solían calificar las actitudes vehementes de Rubén Amón, el periodista, durante cualquier charla. O, mejor: seré yo el que se calme. Porque lo que habría de seguir a continuación es una lista, o un esquema, para describir lo que acontece sin asomo de pronta mudanza. Así pues, mi reproche tendrá que ver con recordar tiempos mejores. Tiempos en los que se podía caminar por las calles, persuadidos de estar protagonizando los últimos días como seres vivos en el planeta. ¡Dónde va a parar! Antes, cuando las cosas no estaban tan bien como ahora, uno podía ser embestido por un prójimo, como un diestro sin suerte en una plaza de toros. Por un semejante motorizado. ¡Qué tiempos! ¡La gloria de sufrir un politraumatismo severo a causa de ser arrollado por un patinador o un ciclista! ¡Incluso de perder la vida! Por desgracia, actualmente, nada de esto es cosa a la que se pueda asistir, salvo en el recuerdo. De manera que se nos ha quitado el derecho al berrinche. Se nos hurtó el derecho a increpar, valiéndonos de la riqueza léxica del idioma para ofender gravemente a los desaprensivos, hombres y mujeres, siempre a sus anchas o sus diagonales, impertérritos y altivos, campeones que rehusaban al punto el tránsito por las vías dispuestas en exclusiva para ellos. Ahora, salimos a las calles y no pasa nada. Cedemos el paso, nos contentamos con un metro, todo lo más, del espacio practicable en las aceras y hemos adelgazado: no de otro modo se puede ir de aquí para allá; los gordos no son bienvenidos. Y esto es grave. Las cosas van tan bien, estamos tan sanos, la vida se ha hecho tan amable con nosotros que carece de sentido intentar encontrarle tres pies al gato. El gato, con tres pies y todo, no se cae. Ese ha sido el mensaje. No se cae. Y, si no se cae, los reproches son no otra cosa que hojarasca cuyo depósito sobre el asfalto se resuelve mediante los modernos ingenios que soplan la materia y ya toda junta se puede ir retirando mejor. Los viandantes también padecemos graves problemas auditivos por esa causa, pero, ¿a quién le importa? Ah: además, el exterior de los edificios es del todo privado. Son los dueños de las terrazas quienes deciden cómo se ordena el tráfico y cuándo. Algo normal. No hay mejor ejercicio democrático que el conocido a través de la hostelería. Los ciudadanos acudimos a consumir y, de esta forma, demostramos estar de acuerdo con la proliferación de chiringuitos... O sea, que no tengo más que decir. Una suerte tener un Defensor del Mayor, aunque haya llegado tarde. Me destoso. 


La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT




Selección gráfica del día...

FLAVITA BANANA en El País 11 de marzo de 2025



JM NIETO en ABC 11 de marzo de 2025



RAQUEL TARABORELLI en La cuenta de X de @fraveris 11 de marzo de 2025




Selección de contenidos...

Primera: 

"Han caído las caretas, una a una, y han ido saliendo la pus y las contradicciones entre el decir y el ser, el parecer y el proceder"... Palabras de Gonzalo Núñez en ETHIC

https://ethic.es/fin-buenas-personas



Segunda:

"Este proyecto fotográfico indaga en la condición humana y en la poética del paisaje. Viaje iniciático por los desiertos del alma, las obras son acciones inspiradas en rituales sagrados que abren puertas a cuestiones vivenciales expresadas como estados de ánimo. Con un lenguaje poético, la autora se introduce en espacios íntimos donde el cuerpo de la mujer se integra en el paisaje desértico", para "Trilogía del alma": exposición de fotos de Soledad Córdoba en El País...

https://elpais.com/opinion/2025-03-03/trilogia-del-alma.html



Tercera:

Eulalia de Valdenebro botánica del siglo XXI

En el Canal Revista Diners

https://www.youtube.com/watch?v=GuPfoOUkmng
















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