¿PODAR O NO PODAR?
Buenas noches nocturnas… Por suerte, no tengo que tomar decisiones acerca del crecimiento de las posesiones vegetales ajenas. Porque las personas, los demás, algunos de ellos, tienen jardines, y en esas parcelas, más o menos grandes, viven espléndidos ejemplares que impulsan sus ramas sin reparar en dominios y fronteras. Como no soy propietario de hacienda alguna y mis vecinos, a lo sumo, tendrán macetas—que tampoco es que esté servidor al tanto de tales asuntos—, digo, no tengo cuitas ni problemas que resolver. Podría ocurrir, desde luego, otra muy distinta cosa. En el supuesto de permanecer dentro de los límites de un terreno obtenido por medios legales y escriturado a mi nombre, y ver cómo los tallos, pongamos, por ejemplo, de un plátano de sombra, nacido en el territorio de otro hacendado, que reside junto a la localización de los bienes a los que tengo derecho, sobrepasa la linde o el muro que se haya alzado para saber hasta dónde procede que sea adecuado decir “esto es mío”, tendría derecho a podar esos excedentes. Y, según tengo entendido, actuaría mejor asesorado por un arborista… Un arborista es aquel profesional que se dedica a “cuidar de los árboles conociendo sus necesidades. Tiene una formación en esencia teórica sobre cómo funciona este tipo de vegetación, llegando a adquirir conocimientos en biología, mecánica o aerodinámica arbórea”. Un arborista y buenos abogados. De hecho, mencionar a los expertos en leyes, ya que estamos hablando de plantas y de problemas, me da pie para “abogar” en favor del correcto orden de las estaciones climatológicas. Los árboles que se desvistieron con la llegada del otoño y consumaron su desnudez en invierno, empiezan a cubrir sus vergüenzas, porque va tocando: la primavera es un acontecimiento que acaba de comenzar. Si consideramos, por otra parte, el invierno como un periodo donde todo lo vivo envejece y está por morir, los dioses, quienes gobiernan todo lo existente según la mitología, acuden a Idunn—porque, para variar, al margen de los orígenes grecorromanos, hay otros padres—para comer manzanas: pomas del rejuvenecimiento. Un prodigio solo al alcance de los que están en condiciones de mirar al sol más de cerca, pues, al precio que están las manzanas, y toda la fruta, y las verduras, hace falta gastar con el respaldo de unas reservas de capital muy considerables. Posibilidad fuera del alcance de los que no necesitamos bolsillos grandes en la ropa: total, sitio nos sobra. Pero habrá quien esté leyendo y se pregunte qué es todo esto, quién es ese, o esa, Idunn. Pues no se preocupen. Idunn es “una de las Ásynjur (diosas) de la mitología nórdica”. Podría decirse que al nombrarla estamos refiriéndonos a la calidad de juventud eterna de la esposa de Bragi, el dios escandinavo de la poesía. Las manzanas antes mencionadas otorgan la juventud a los dioses. Hasta ahí, todo sin novedad. No obstante, un buen día, después ya se calificó de otro modo, el gigante Þjazi engaña a Loki para que atraiga a Idunn fuera de Asgard, donde la secuestra. Un engaño doble y, por cierto, para no caer en renuncio, tomen nota de todos estos nombres a fin de que, más tarde, hagan sus investigaciones y puedan situarse en el mapa de la historia. Entonces, Loki, que se debe sentir muy tonto tras lo ocurrido, utiliza la capa de plumas de Freya para volar acudiendo al rescate de Idunn. Como es un dios y entre sus habilidades está la de realizar una variedad de manipulaciones sobrenaturales, la convierte en una nuez y la lleva de vuelta a Asgard. Sin embargo, el gigante no se rinde. También hábil a la hora de ser una cosa distinta a la que se es, muta en águila y los persigue. Salen los dioses al encuentro de los fugados y del perseguidor, y lo vencen encendiendo un fuego que quema sus alas… no llaman a los bomberos. Desde entonces, las deliciosas esferas vegetales de la diosa, que no es Isabel Díaz Ayuso, por más que a esta también le guste la fruta, están asociadas con la fertilidad, y se han encontrado restos de cubos que las contenían en tumbas vikingas. El nombre de Idunn ha sido frecuente en los países nórdicos desde hace mucho tiempo, con registros en Islandia desde el siglo X… Total, que ya está dicho. Por más que llueva- aquí, hoy, no- solo estamos regando. ¡Agua va! Me destoso.
https://es.wikipedia.org/wiki/I%C3%B0unn
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona GROK y se editó después.
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