DE LAS ARRUGAS DE LA MAR VISTA DESDE LA DISTANCIA
Buenas noches nocturnas… En ocasiones, cuando al iniciar uno de estos comunicados utilizo esta expresión, me acuerdo del niño de la película *El Sexto Sentido* y me apresuro a declarar que yo también he visto algo: no muertos, pero criaturas aparentemente sanas que presentan su candidatura a la extinción, sí. Pero, antes de despejar esta incógnita, como “en ocasiones” hay que pisar con fuerza para corroborar que la superficie que nos sustenta tiene la firmeza adecuada, se regresa a los sitios de nuestro gusto para conocer que, efectivamente, se han convertido, siquiera por un breve periodo, en lugares impracticables. Por este territorio, si festivo, con varios días de holganza de por medio y agradables temperaturas, lo mejor que se puede hacer es mantenerse a cubierto y esperar que las hordas regresen a sus cuarteles. De aquí a octubre, es ley. Pero había que saberlo. Había que comprobarlo. Son muchos, tienen dinero y adquieren su trocito de paraíso porque pueden y porque algunos de los que vivimos aquí nos beneficiamos de ese gasto. Cabe ser comprensivo. Y no se contradice con esto obrar en contra de ese gusto por amontonarse que tiene la humanidad. Por eso, una vez se tienen referencias empíricas que refrendan lo que siempre fue, al refugio del propio domicilio. Es lo mejor. Antes hubo nubes que desaparecieron y un mar arrugado, visto desde lejos: de cerca, con mucho gas, con mucha espuma, con grandes cilindros de agua, con salvas artilleras de fogueo. Tal vez, porque ayer se celebró el *Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido*, aunque esto de la costa resultara ser un sonido menos inconveniente. Sea como fuere, antes de iniciarse la retirada, la nuestra, pues existía apercibimiento de peligro mediante la exhibición de la oportuna bandera roja y los voluntarios o profesionales que se ocupan de intervenir cuando hay riesgo de ahogamiento todavía no ejercen, una alegre familia, por ejemplo, se adentraba en el polvorín líquido para disfrutar del espectáculo desde dentro. Es muy estimable que las personas comprometidas, que tienen unos vínculos afectuosos, unos lazos, un proyecto en común, emprendan actividades de su parecer para el provecho propio y, como ejemplo de cabal inteligencia, para el de toda la comunidad. Sin duda, con esa manera de tomar las aguas, demostrando afinidad con la naturaleza y arrojo, pues probablemente estaban a punto de perder la vida, de inmolarse por una causa hermosa, incluso artística, estaban demostrando ser libres y felices de prolongar su paso por este mundo hasta el justo momento en el que lo tuvieran decidido… y no me he vuelto loco. En un artículo que cuenta con la firma de Jancee Dunn, publicado en la edición en español del *New York Times*—*Los mejores consejos para ser feliz que he escuchado*—figura el siguiente texto: "Difunde ‘chismes positivos’. Cuando hablamos de los demás, tendemos a resaltar lo negativo, dijo Jamil Zaki, autor de *Esperanza para cínicos* y director del Laboratorio de Neurociencia Social de Stanford. En lugar de eso, dijo, haz lo contrario: difunde rumores positivos sobre alguien. Quizá se trate de un hecho poco conocido pero admirable sobre esa persona, dijo, o de un acto amable que hizo y que hayas presenciado. Y las investigaciones sugieren que difundir ‘chismes positivos’ puede animar a otros a hacerlo también”. Es decir, en vez de cargar el acento para que se note la tonta temeridad de los protagonistas anteriores, transformo su ejemplo en edulcorada apreciación, y ya con el azúcar vamos servidos. No diré, por otra parte, que me vaya a alegrar si mañana encuentro la noticia del fallecimiento de estos a los que me referí o de otros en iguales circunstancias. Casi con seguridad absoluta sentiré una indiferencia olímpica. Al fin, cada uno obtiene, en estos casos, lo que podría desear. Por eso, con esta filigrana del periódico para ser feliz, aunque no es exactamente lo que se sugiere, salgo por hoy del paso. Y mañana, viernes. Me destoso.
https://www.nytimes.com/es/interactive/2025/04/30/espanol/como-ser-feliz.html
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT.
Comments
Post a Comment