DIGAN QUE HA SIDO CULPA DEL TRASTOLILLO
Buenas noches nocturnas… A la fecha, 4 de mayo de 2025, seis jornadas después del apagón eléctrico en España, puedo adelantar los planes del Gobierno para establecer y comunicar la identidad de los responsables del corte experimentado mientras concluía abril. Como es tradición, cuando algo se desconoce o no se encuentra explicación lógica, una criatura famosa en Cantabria comparece a fin de recibir el encargo de asumir toda contrariedad. Y, no, no es Revilla. Se trata del Trastolillo. Me refiero al duende más conocido en el territorio septentrional antes mencionado, que se caracteriza por su comportamiento juguetón y su sempiterna risa. "Es un ser pequeñito, de color negro como el carbón", cabello largo y también oscuro. "Tiene cara de pillo, ojos verdes y brillantes, colmillos torcidos, dos cuernos pequeñitos y un rabo" diminuto. "Es cojo de la pierna derecha debido a una mala caída", toda vez que quiso "introducirse en una chimenea de un hogar", entrada de su preferencia "cuando todas las ventanas se hallan cerradas. Su ropa es una túnica roja, hecha con cortezas de árbol, hiedra y musgo. En la cabeza lleva un gorro blanco y también un bastón de madera para apoyarse. Viven en los bosques cercanos a los pueblos e irrumpen en los hogares para obrar sus fechorías. Uno de sus hobbies favoritos es el de cerner la harina, pero por toda la cocina. Por ello, es apodado también como «Diablillo Cernedor». Su bebida favorita es la leche, esconde las albarcas, afloja tornillos en días de viento y requema los guisos. Es capaz de imitar el sonido de los animales de cuadra y domésticos: desde el maullido de un gato, hasta el rebuzno de un burro, lo cual hace para molestar y confundir a los humanos. Aquellos que distinguen su voz burlesca cuando se aproximan al bosque saben que serán víctimas de sus trastadas”… Naturalmente, los guionistas del Gobierno preparan un relato imparable para conectar el paradero operativo de este duende con el origen de la avería, al parecer localizada en el sur de la península. Sea como fuere, todo esto lo conozco gracias a la llamada inteligencia artificial, más a mi gusto, bibliotecario electrónico, quien ha supuesto coincidencias entre el revoltoso ser de la mitología popular española y otro del que se habla en México. Más concretamente en la península del Yucatán. En el cenote, un pozo de agua dulce, generalmente subterráneo, de Zazil Tunich, merodean los **Aluxes**, "espíritus guardianes del mundo maya, pequeños como niños y traviesos como duendes". Según los datos que pude reunir, estos sujetos mágicos, por así llamarlos, "fueron creados por sacerdotes mayas a partir de barro, miel y flores silvestres. Tras un proceso ritual de nueve noches, estos seres cobraban vida para cumplir su misión: cuidar de las cosechas y la selva. Hoy, se dice que al caer el sol, los Aluxes emergen de sus escondites para vigilar la noche, regresando a sus guaridas antes del amanecer". Como se apercibirán los más despiertos, las entidades americanas obran predominantemente bien, cosa que no ocurre con los citados protagonistas de la historia fantástica originada por estos pagos. Los expertos sostienen que, si los Trastolillos reciben alimentación, bebida y otros artículos de su gusto, se abstienen de enredar. Particular que ayuda bastante. A veces es mejor no tocar nada. Ni siquiera para bien o con esa intención: es suficiente con intentar recomponer a la bailarina para convertirla en espantapájaros, sin necesidad. Esto es muy de aquí, por cómo se hacen y conciben las cosas. Podría ser, por tanto, que los encargados de satisfacer a los duendes cántabros no hayan estado a la altura y ahora habrá que destituir a una serie de cargos menores, probablemente afectos a la oposición. No obstante, si llegué a las cercanías de Donald, y no es el pato, fue porque pensaba en domingo, en los domingos, como día de la semana. Días, por ejemplo, en Dinamarca, donde tienen la costumbre de vivir familiarmente, sin distracciones electrónicas, los que no trabajan. Todo parece muy idílico en ese plan nórdico y si no reproduzco ahora la denominación mediante la que se conoce la costumbre a la que aludo, es porque el danés es un idioma para el que no estoy capacitado. Es verdad que lo traducen como “sensación de confort acogedor, tranquilidad, bienestar emocional y disfrute de lo simple en buena compañía o en soledad”. Cosas de adinerados y de menesterosos, pero, siempre, de gente ociosa. Gente que, en algún momento, disfruta de ciertas comodidades porque otros, sin embargo, están ahí, al frente de la maquinaria: sanitarios, fuerzas del orden, ejército, bomberos, profesionales de la hostelería y todos aquellos otros que asumen tareas esenciales y que, sin duda, estoy olvidando ahora. Lo menciono porque hay quienes se escandalizan cuando alguien manifiesta que va a ir a comprar lo que sea gracias a que hay tiendas abiertas, al considerarlo un ultraje a la clase trabajadora. Son quienes piensan que nadie debe trabajar. Ahora bien, si es nadie, nadie es. O sea, ninguno. Y si es ninguno y alguno de esos que protestan tienen un problema de salud urgente, y tienen que esperar al lunes… En fin, malandrín. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona ChatGPT
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