EL EFECTO DEL MUEBLE COJO
Buenas noches nocturnas… Acudo al médico. Me recibe el sustituto de la profesional a cargo de mis asuntos de salud. Últimamente, por una variedad de razones asombrosas, la deseable continuidad en el trato que deberíamos tener los pacientes con los facultativos ha dejado de ser una opción. Se supone que todos están capacitados, pero reemprender una relación cada vez que se necesita entablar diálogo con alguien que debe conocerte, haber aprendido tus circunstancias, valerse de tus códigos, al igual que tú te has familiarizado con todo lo suyo, origina una incertidumbre incomprensible. Puede que las cosas tengan que ser así. No me explico cómo, en el pasado, el doctor o la doctora que te asistían permanecían en sus puestos, siempre, salvo defunción. Pero, a lo que iba. Le digo: “Doctor, creo que me ha salido un sesgo”. El hombre, moreno, nacido en algún país sudamericano, me observa pícaro y responde: “Así que ya estuvimos fisgoneando en internet, o, como se dice ahora, mirando bichos. Y tendrá claro que se trata de ‘un peso desproporcionado a favor o en contra de una cosa, persona o grupo en comparación con otra, generalmente de una manera que se considera injusta’, como se explica en la Wikipedia… Bueno, vamos a ver.”. Acto seguido, se puso en pie para rodear la mesa y acercarse a mi posición, hasta ese momento enfrente de la suya. Desde luego, era bastante más alto de lo que me estaba pareciendo. Una vez estuvo a mi lado, preguntó: “¿Dónde se localiza el malestar?”. Para responderle hice acopio de gestualidad señalando la zona de mi cráneo donde se estaba produciendo un picor cognitivo como no había sentido nunca antes. Él, casi sin dejarme concluir, enguantado, exploró mi cabeza, sin salacot ni uniforme de campaña, miró más o menos detenidamente y musitó algunos sonidos que podrían haber sido palabras. Pensé que los médicos, al igual que tienen una letra incomprensible para todo mortal, a no ser que se ofrezca a interpretarla algún arqueólogo del lenguaje, también hablan, o pueden hablar, mediante sonidos que escapan a toda concordancia con los códigos hablados más comunes. Regresó a su mesa. Examinó la pantalla de su ordenador. Escribió lo que fuera necesario y luego me ofreció detalles de lo que acontecería… “Sí. Se trata de un claro caso de lo que en la jerga médica llamamos ‘Efecto del mueble cojo’. Esa incomodidad cognitiva que usted está sintiendo ha sido generada por narrativas o experiencias incompletas. Ocurren cuando se relaciona con la búsqueda de cierre y con la necesidad de coherencia narrativa del cerebro. Como tal vez usted sepa, el cerebro tiende a completar patrones incompletos. Esto se vio claramente cuando Sheldon Cooper, el personaje de *The Big Bang Theory*, actuaba urgentemente a fin de dar por finalizada una acción que él considerase resuelta solo de una determinada manera. Entonces, lo indicado para tratar esta patología es empezar con un específico como RETRONARRATIVEROL. Serán, en principio, tres cápsulas diarias, desayuno, comida y cena, a fin de favorecer el condicionamiento positivo que ahora necesita. A la vez, voy a darle cita para la enfermera, con quien acordará un programa de encuentros a fin de promover unos hábitos que contemplen el *mindfulness* narrativo y la desensibilización progresiva. Dentro de un mes pasa a verme de nuevo. En el caso de que esto no hubiera remitido, aplicaríamos otras opciones terapéuticas como los itinerarios en compañía de comunicadores, educadores y escritores para saber cómo compensar elementos narrativos abiertos sin sobrecargar al receptor, y los tratamientos de choque, breves, a fin de gestionar la incomodidad causada por omisiones involuntarias. Aquí tiene”. Y me facilitó la documentación. Después, cuando me dispuse a marchar, luego de la primera reverencia, tuve que ocupar un sitio próximo al suyo para corresponder con la primera bendición, pues es lo que usualmente realizan las personas bien educadas. Él se sorprendió mucho, pero yo insistí, hasta la tercera. Esto no hubiera pasado de haber estado la titular del servicio. Me destoso.
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona ChatGPT y fue editada más tarde.
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