¡QUÉ CACAO!
Buenas noches nocturnas… Aunque no son actividades exclusivas de una sola ciudad, en **Santo Domingo, República Dominicana**, existe una comunidad de jóvenes a los que llaman los **“piperos”**, especialistas en lo que se denomina, **sustracción de tapas del alcantarillado**. Con estos procedimientos delictivos buscan, tras la venta del material que roban, obtienen una rentabilidad económica a la medida de las adicciones que mantienen: se sabe que son consumidores, sobre todo, de **marihuana o cocaína**. Esto ha dado lugar a otro movimiento, digamos, deportivo, consistente en realizar idénticas maniobras para obtener premios que luego se intercambian por **cacao**. Los organizadores, siempre en contacto mediante comunicaciones secretas, se desplazan anualmente a una ciudad indeterminada para emplearse en este ejercicio ilegal que trae de cabeza a las **policías de todo el mundo**. La financiación se obtiene, en parte, gracias a las piezas conseguidas durante los distintos hurtos— que también ofrecen a la venta— y en parte gracias a la publicidad. En la **internet profunda** también existen programas de difusión respaldados por patrocinadores y, al ser este uno de los conductos habituales para hacer negocios y facilitar avisos, puesto que, además, las apuestas están permitidas, algunos equipos buscan la promoción valiéndose de la resonancia de sus mensajes. Si hay dinero se hará: por las buenas o por las malas. Este es el mundo. Como fuere, no es sino un ejemplo de los muchos que, tal vez menos escondidos, se conocen, incluso con respaldo cultural o costumbrista y sin reproche en el ordenamiento jurídico. A este respecto cabe aludir a las celebraciones del **Corpus Christi en la meseta norte peninsular**, cuando hombres disfrazados de demonios brincan sobre unas pequeñas camas en las que están depositados niños— si no son recién nacidos, hizo poco que llegaron a este mundo— a fin de limpiar sus pecados de origen, según creencia y tradición. Una ceremonia que, por bien experimentados que sean los oficiantes, tiene sus evidentes riesgos y no parece fundado correrlos. Otra competición, menos peligrosa, pero no exenta de gratuitas incomodidades, es la que se desarrolla en **Gales**. Los participantes nadan a cuanta velocidad pueden, con el solo auxilio de un equipo de aletas y un esnórquel dentro de los límites de un asqueroso pantano. Luego, alguien debió pensar que tanto los tableros de ajedrez como los cuadriláteros de boxeo podían ser mejores con un añadido. ¿Cuál? La compañía del otro: **tres minutos de combate intelectual sobre los sesenta y cuatro escaques y tres minutos de lucha a guantazos, alternativamente, durante once rondas**. Quien noquea al otro o le da jaque mate, se lleva los premios y los honores. Aun así, entre los extraños entretenimientos practicados por gente ociosa de todos los lugares de este mundo, creo, los **gusanos** ganan. Me refiero al **Campeonato Mundial de Encantar a Gusanos**. Una ocurrencia británica que data de los años ochenta del pasado siglo. Quienes figuran inscritos en esta modalidad —¿deportiva?— demostrarán sus habilidades sobre un terreno de nueve metros cuadrados. Disponen de media hora para lograr que los gusanos salgan por sí mismos del subsuelo, sin utilizar palos, palas o cualquier instrumento para cavar. Están autorizados, eso sí, a patalear sobre su campo de juego, hacer coreografías e interpretar música o cantar. Finalmente, según he sabido, el hijo de un granjero consiguió quinientos once gusanos en el tiempo reglamentario: parece ser que es una de las mejores marcas… O sea: que no todo va a ser fútbol. Ni levantamiento de jarra de cerveza ocupando plaza de sol o de sombra en terraza de hostelería o su modalidad más veraniega, en chiringuito desvencijado. Me destoso
https://www.laguiadelvaron.com/humor/23-concursos-mas-absurdos-que-hay/
https://www.elviajerofisgon.com/experiencias/las-10-competiciones-mas-raras-del-mundo/
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT.
Comments
Post a Comment