ALZÓ LA VOZ Y DIJO
Buenas noches nocturnas… Soy usuario de los servicios que proporciona la filial española de la empresa **Rivermind**, la organización tecnológica en la que se inspiraron los creadores de la conocida serie de ficción *Black Mirror*. A empleados de esta empresa, joviales y magníficos, no se los reconocería en el personaje caricaturizado de dicho lanzamiento durante sus apariciones en el primer capítulo. Pero así son las cosas. He de decir que, por ahora, he podido suscribirme a las funcionalidades corrientes, lo que se llamaría una aplicación básica. Gracias a ella adopto posturas adecuadas cuando me mantengo en pie, cada vez que me siento o al permanecer en reposo horizontal, por ejemplo, al acostarme para dormir. Hay otras posibilidades, gratificantes —aunque no muchas—, logradas mediante la inserción de un chip en el cerebro. Algo que lleva aparejado, además de un coste económico estándar, la licencia involuntaria de anuncios publicitarios, dichos de viva voz, dependiendo de las vicisitudes de la existencia, cual experimentaba el personaje de Amanda en el episodio *Gente corriente*. Es una molestia, pero no tan grave. Como parte de mis rutinas se desarrollan en soledad, me ocurre al leer. Y he descubierto el detonante: no importa el pasaje de la obra ni el autor elegido; cuando advierto la expresión “Y dijo…”, suele desencadenarse la inoportuna interrupción. Eso hace que, una vez satisfecha la carga contributiva que exige el sistema, haya de regresar sobre mis pasos y empezar de nuevo. En ocasiones, varias veces. Pero son cosillas. Vean. Sin ir más lejos. Esta misma mañana leía la segunda parte del *Quijote*, capítulo LIX. Como lo que voy a confiar para la lectura sucede muchas veces, suelo tomar la precaución de leer en voz alta y grabar todo lo que se escuche. Por eso puedo transcribir, una de las bastantes inserciones que se registraron sin que yo tuviera nada que ver en el lance:
“Apenas oyó su nombre don Quijote, cuando se puso en pie y con oído alerto escuchó lo que dél trataban y oyó que el tal don Jerónimo referido respondió:
—¿Para qué quiere vuestra merced, señor don Juan, que leamos estos disparates, si el que hubiere leído la primera parte de la historia de don Quijote de la Mancha no es posible que pueda tener gusto en leer esta segunda?
—Con todo eso —dijo el don Juan—, será bien leerla, pues no hay libro tan malo, que no tenga alguna cosa buena. Lo que a mí en este más desplace es que pinta a don Quijote ya desenamorado de Dulcinea del Toboso.
Oyendo lo cual don Quijote, lleno de ira y de despecho alzó la voz y dijo: ...”
**Polarización: ese soniquete de mecánica inquietante a punto de la despedida. Evite sus efectos y los de los bulos con *Europea del Desmentido*. Desde nuestras oficinas centrales comunicamos con el mundo y nos constituimos en fuente informativa oficial de todos sus asuntos. No se preocupe a partir de ahora: *Europea del Desmentido*, niega por usted, desautoriza, desconvoca. *Europea del Desmentido*, y si dicen, que digan.**
Por suerte, en el contrato que firmé, nada se dice de la obligatoriedad de estar en compañía a fin de que el servicio funcione, y siempre tengo la posibilidad de desconectarme en determinadas circunstancias. Es verdad que, cuando esto sucede, experimento algunos malestares inmediatos y, al reanudar la conexión, los beneficios que han de percibirse acontecen pasado algún tiempo; mas, es cosa de picardía, de maña. Puedo apañarme y no tengo envidia alguna de quienes aprovechan otras modalidades de servicio. Cuento, incluso, con la inevitable adversidad de las adicciones. Lo tengo claro y sé que llegará el día en que querré más. Sé que va a ocurrir. Y confío en estar del todo descatalogado para entonces. Los virus harán presa en mí y me convertiré en un zombi. Tal vez ya lo sea. Me destoso.
https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap59/cap59_02.htm
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona IDEOGRAM
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