DOS POR DOS

Buenas noches nocturnas… La distribución de la casa en la que residía era la que era. No intervino en su diseño y, aunque pudo, tampoco emprendió obra alguna para evitar ciertas coincidencias. Por ejemplo, a la entrada de la vivienda había cuatro interruptores juntos, para iluminar dos estancias y un pasillo en forma de "L". Como ella misma decía, pulsara la pieza de material plástico que pulsara, acertaría a la segunda. Nunca a la primera. Nunca. Y esto se hizo ley. Un especialista en asuntos peregrinos, desde la cátedra de evaluación de cosas sin necesidad de haber pensado siquiera, habría dicho que todo esto era consecuencia de la sinrazón del tiempo, el consumo del acontecer diario por medio de pantallas tecnológicas y las oscilaciones medioambientales. Es decir, lo explicarían aunque nadie les hubiera solicitado valoración alguna. Por eso, al margen de iluminados, proseguía con su existencia, constatando la irreversibilidad de esa extraña capacidad para resolver las cosas. Claro que, a veces, tentaba a la suerte. Se acercaba a la costa temprano, porque las aglomeraciones suponían no otra cosa que un descarte, y pedía un café descafeinado de máquina con leche y una tostada con tomate. Pues, sin variación, obtenía cualquier otra cosa: una cerveza, un té con pastas, un vinito... Claro, el camarero hacía un segundo viaje y, ya después, regresaba con la comanda en condiciones. Eso le hacía sonreír. La vida simpatizaba en esos casos, aunque los acontecimientos se retrasaran. Así pues, tomó una decisión. Puesto que todo debía ejecutarse dos veces para conseguir una consecución asumible, iba a ponerse al habla con su director de finanzas para que comprara, semanalmente, dos billetes de lotería. Eso sí, en compras separadas; no valía la simultaneidad. De este modo, la creación, atenta a la conformidad de las particularidades azarosas de su desarrollo, perdería toda opción de premio en el billete adquirido antes y garantizaría el pleno en el último de los comprados. Por supuesto, esta estrategia no dio frutos inmediatamente, pero estaba convencida de que debía insistir si quería retirarse por sorpresiva riqueza algún día. No obstante, hubo un inconveniente inmediato: empezó a actuar como si la buena marcha de las cosas importantes de su vida solo fuera posible, en tanto duplicara la adquisición de cualquier efecto. Si compraba garbanzos, detergente o ropa, doblaba la apuesta. Cuando encontraba ofertas de "Dos por uno", calificarla de entusiasmada era poco decir. Las cosas comenzaron a amontonarse en la casa, los gastos eran inasumibles y sus viajes al contenedor de basura se convirtieron en expediciones con animales de carga y provisiones para un mes. La vida amenazaba quiebra. Necesitaba una forma de eludir la compulsión por la segunda unidad o, al menos, derivar sus efectos y aprovecharlos indirectamente. Necesitaba eso. Mas, obró en contra: al punto, estaba resuelta a conducirse de acuerdo a los propósitos que se describen como una huida hacia adelante. Así nació **FUNDOPOR** (*Fundación Doble Oportunidad*), la primera organización dedicada a distribuir productos adquiridos por error, ansiedad o simple estupidez humana. El éxito fue inmediato. Grandes almacenes, supermercados y compradores ociosos empezaron a donar toneladas de productos innecesarios. De este modo, se convirtió en la reina del excedente, la emperatriz de lo innecesario. Lo que no vio venir —porque nadie ve venir la paradoja hasta que es demasiado tarde— fue que, por pura coherencia, cada acción dentro del sistema debía duplicarse. Cada email se respondía dos veces, cada reunión se realizaba dos veces, cada solicitud de ayuda requería dos formularios. Incluso los discursos de agradecimiento se repetían palabra por palabra, por si acaso. El caos fue total. Finalmente, atrapada por la burocracia del absurdo, escribió su carta de dimisión. La firmó. Y luego, claro, la firmó otra vez. El universo parecía satisfecho con lo sucedido y la dejó en paz. Todavía fallaba a la primera, pero no siempre. La ley admitía ciertas excepciones. Las exigencias decrecieron. Sin embargo, por costumbre, porque la cabra siempre tira al monte y el criminal regresa a la escena del crimen, seguía pidiendo dos cafés y dos tostadas con tomate al desayunar. Por si acaso. Y el camarero, sin entender nada, le servía cuatro. Me destoso


La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona ChatGPT.






Selección gráfica del día...

JM NIETO en ABC 11 de junio de 2025



MIKI y DUARTE en Diario de Sevilla 11 de junio de 2025



TOMÁS SERRANO en El Español 11 de junio de 2025




Selección de contenidos...

Primera:

Jethro Tull - Teacher (UK Single Version, March 1970 Promo Film)

En el Canal Jethro Tul

https://youtu.be/1mzN_z2n__Y?si=O3JiV4q4J7tT5GDk



Segunda:

Brian Wilson - California Girls (Live 8 2005)

En el Canal Live 8

https://youtu.be/UkET6EgsfVA?si=yXasqNZoLHqIjBQL



Tercera:

TOMASITO - Señores ladrones

En el Canal Radio Gladys Palmera

https://youtu.be/pBZZA7tDk-c?si=8I8ZYVjguS6q8d-G















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