LA SIESTA
Buenas noches nocturnas… No lo he estudiado o, si lo hice, no lo recuerdo, pero, por cosas que he leído, me atrevo a aventurar que antaño la vida se organizaba de otra manera. Las gentes trabajaban alternando momentos de descanso con períodos laborales durante la misma jornada. Luego, al iniciarse la Revolución Industrial, ese orden varió. Mas, debe comprenderse que hablo del primer mundo y, dentro de este, de aquellos que, incluso expuestos a las peores condiciones, transitaban por la vida de manera más o menos aseada. Podría decirse, en todo caso, que la aspiración social al descanso controlado, porque los recursos económicos y el prestigio social derivado de esa hacienda suponían un sinónimo de riqueza, es muy distinta dependiendo del estatus. El rey podía holgar cuanto quisiera, dormir, tal vez soñar… o ver cómo eran otros los que dormían. El caso, en una fábula o cuento atribuido a Pedro Alfonso en su obra *Disciplina Clericalis*: "Al servicio del rey, un narrador que tenía la costumbre de contar cada noche cinco historias. Llegó una noche en que el rey no pudo dormirse y pidió escuchar algunos cuentos más. Él le contó entonces tres cuentos más, pero breves. El rey pidió aún más. Pero el narrador se negó: le pareció, en efecto, que ya había contado mucho. Entonces el rey dijo: ‘Me has contado muchas historias, pero eran muy breves. Yo quisiera que me contaras una que tenga muchas palabras y entonces te dejaré ir a dormir’. El narrador aceptó y comenzó de esta manera: ‘Había un paisano que poseía mil monedas. Partió para una feria donde compró dos mil ovejas, a seis denarios cada una. Y, mientras volvía, se produjo una enorme inundación. Al no poder pasar por el puente ni vadeando, muy preocupado, se puso a buscar a alguien que pudiera ayudarlo a pasar a sus ovejas. Encontró finalmente un pequeño esquife, en el que cabían con él solo dos ovejas. Pero, obligado por la necesidad, metió dos ovejas y pasó con ellas’. Al llegar a esa parte, el narrador comenzó a dormirse. Pero el rey impidió que se consumara el sueño y le ordenó terminar el cuento que había comenzado. Entonces, el narrador dijo: ‘Se trata de un río muy grande, la embarcación es muy pequeña y el rebaño innombrable. Deja, pues, que el paisano pase a todas sus ovejas y cuando termine contaré la historia con su exacto final’. Y así el narrador calmó al rey ansioso por oír historias largas". Tan importante era, y aún puede ser, dedicar tiempo, incluso más allá de las horas que se dicen reglamentarias, si se quiere una vida saludable, al descanso, como para prestar atención a las informaciones que tratan de vindicar prestigio según se duerma más o menos. A cuenta, ahora que prosigo, de un estudio en prepublicación, del que se da noticia en el pódcast de Arcadi Espada y Yaiza Santos, *Yira, yira*, según el cual podría decirse que dormir la siesta es de pobres. Esta apreciación es muy reduccionista, lo admito, pero sirve para acotar pareceres. Quienes detentan cierta posición social se abstienen del ocio a no ser que resulte productivo. De ahí que la siesta, en virtud de lo poco que aprovecha en algunas culturas, pueda ser indicativo de parquedad en las pretensiones. Y como se vincula la mucha dedicación profesional a la cantidad de ingresos a buen recaudo bancario, pensando en que mantener ese nicho es una tarea sin descanso—no sea que las vacas enflaquezcan—, los ricos dejan a los pobres los lechos y la postración a los menesterosos, desentendiéndose de la realidad. Porque la realidad es que el adinerado puede darse los lujos y otorgarse todo lo demás también. Pueden permitirse, incluso, la opulencia de no descansar. Se pongan como se pongan todos los estudios del mundo. Pero, recurriendo al refranero, se leerá, a continuación, este tridente: "En invierno, dormir siesta, holgazanería manifiesta; en abril, dos horas de siesta, es dormir; y, el gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta". Todo dicho. Me destoso.
https://www.refranerocastellano.com/siesta/siesta.html
https://palabrasmaldichas.blogspot.com/2012/06/ejemplo-del-rey-y-su-fabulista-pedro.html
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT
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