LEER PEGADOS


Buenas noches nocturnas… Cuando lo registré en mi memoria, estaba sentado sobre una silla doméstica, al lado de la puerta de la casa que deduje debía ser su residencia —piso con entrada y salida a ras de calle— y pensé que prefería la sombra en el exterior, aun a costa de las molestias que pudiera originar el tránsito matutino, a los muros interiores y su recalentada inmovilidad. Imaginé que estaba aguardando a la parte aventurera de sí mismo. Porque es perfectamente admisible que las personas nos desdoblemos —algunas capacidades que están en entredicho hoy bien pudieran ser, cualquier día, objeto de experiencia cotidiana— y esa variante, en este caso, propia del sujeto al que aludí, hubiera madrugado para conocer los detalles de lo que hubiera de suceder en esta mañana de lunes. Nada supe de las aventuras de este héroe y sigo sin saber nada, pero recuerdo que leía. Es raro. No contemplaba la pantalla de un dispositivo electrónico. Leía. Al fin y al cabo, leer es una posibilidad para la que el ser humano solo necesita estar consigo mismo. Y, si lo menciono ahora, el caso de una sola persona que lee, es porque existe algo a lo que los usuarios de internet, con su rápida habilidad para repartir etiquetas, han denominado “reading party”: “fiesta de la lectura”. Y no, no es otro club. No se trata de elegir un libro único que comentarán todos, una vez finalice el tiempo dedicado a examinar lo que dejó escrito el autor de la pieza. Resulta no otra cosa que juntarse. Juntarse, sin necesidad de haber considerado con quienes, y sin acordar los detalles de la lectura. Como hacen los que gustan de los libros, que lo demuestran, independientemente de si conviven o no con otros lectores, en sus casas, en los parques, desplazándose, etcétera. Por lo que he sabido —lo contó Lara Gómez Ruiz en *La Vanguardia*— el concepto fue popularizado en 2023 por un grupo de amigos en Nueva York, que buscaban un espacio para leer en una ciudad ocupada. Su propuesta ha merecido réplica en varias ciudades del mundo, aunque, en un principio, existen diferencias con los pormenores de la iniciativa original. En febrero de este año, Mariángeles García lo explicaba así en la revista *Yorokobu*: “Les gustaba leer, pero nunca encontraban tiempo. También les gustaba quedar y divertirse juntos, pero esa vida social y todo ese montón de estímulos externos (pantallas, redes sociales…) parecía estar reñida con el hábito de leer. ¿Y si pudiéramos hacer las dos cosas a la vez, la fiesta y la lectura?, se plantearon Ben Bradbury, Charlotte Jackson, John Lifrieri y Tom Worcester, los cuatro amigos lectores que siempre iban juntos a todos lados. Así nacieron las *reading parties* o fiestas de lectura en Nueva York en 2023, la ciudad donde viven los cuatro protagonistas de esta historia. Bradbury y Worcester, que eran compañeros de piso, organizaron la primera quedada lectora en la terraza de su edificio. Invitaron a 10 amigos bajo una premisa muy sencilla: que cada uno llevara su libro y compartieran 30 primeros minutos de lectura en silencio, con música de fondo relajante. Después, 15 minutos de charlas individuales en las que los participantes pudieran presentar sus libros a otra persona y profundizar en ellos; otros 30 minutos de lectura en silencio y un debate final en grupo en el que todos compartieran sus ideas y descubrieran, así, nuevas perspectivas”. Como fuere, parece ser que lo que se "acaba de inventar" es la sola lectura, en compañía. Convenir un lugar, determinar qué periodo de tiempo pasan juntos y, si no se quiere otra cosa, cada oveja a su rebaño. Los que, no obstante, deseen una charla amigable y conocerse, si es que eso no ha sucedido antes, deben advertir, también, que esto sucede sin cortapisas. No obstante, a mis ojos, supone el relato de una excentricidad comercial que se abre paso. Un reclamo publicitario muy adecuado para la industria del libro, que puede así disponer de otro tipo de contactos con su público, mediante estas ceremonias. Pues bien, muy bien. Me alegro. ¿Y de los que participan? Poca cosa más hay que decir. Entiendo las necesidades de quienes prefieren estar en compañía. Y si les gusta leer, y solo leer, y se juntan con terceros, no hacen mal a nadie. Beneficios, sin embargo, salvo la precisa acción, no compruebo que haya. A ver, sí: socializar. Pero estimo tal cosa a punto de superar, con menciones negativas, las razones que nos impulsan a calificar de sobrevalorada cualquier cosa. Por lo visto, juntos se nos pastorea mejor. Y la dupla del lector acomodado sobre una silla en una calle estrecha, a la puerta de su casa, sin regresar de sus pesquisas. No se debe llegar tarde. Me destoso.



https://yorokobu.es/fiestas-de-lectura/



https://www.lavanguardia.com/cultura/20250630/10830443/quedamos-para-leer-reading-parties-aterrizan-espana.html



La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona GEMINI, y fue editada después.





Selección gráfica del día...

RIKI BLANCO en El País 28 de junio de 2025



PUEBLA en ABC  30 de junio de 2025



BETO VAL en Instagram 30 de junio de 2025




Selección de contenidos...

Primera:

The Alan Parsons Symphonic Project "I Wouldn't Want To Be Like You" (Live in Colombia)

En el Canal earMUSIC

https://www.youtube.com/watch?v=w_W0SmhjbQg&list=RDw_W0SmhjbQg&start_radio=1



Segunda:

Dexys - Both Sides Now

En el Canal Dexys and Dexys Midnight Runners Official

https://www.youtube.com/watch?v=2c_7l9X7_RA&list=RD2c_7l9X7_RA&start_radio=1



Tercera:

JJ Fuentes - El Heredero

En el Canal JJ Fuentes

https://www.youtube.com/watch?v=vO75SQOgKpQ&t=69s
















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