OTRA DE VERANO
Buenas noches nocturnas… Se llama Virazón. La Virazón. Cuando empiezo a redactar esto, ELLA no lo sabe. Y yo no lo sabía, por supuesto. Dijo que soplaba el Terral, al principio del día. Porque ella permanece al tanto de los asuntos meteorológicos que merecen la pena. En mi caso, más allá de la diferencia entre sol y lluvia, contando con las distintas estaciones intermedias, solo doy palos de ciego, pero, además, de los que asestan quienes han sufrido un vaciamiento de las cuencas oculares. Por lo tanto, si parece que estoy en condiciones de exhibir cierto dominio acerca de la materia mencionada, desengáñense: es solo casualidad. Que dediqué parte de mi tiempo a investigar, a enterarme de las cosas. Tanto como para asegurar la naturaleza nocturna del Terral. Este viento sopla desde el interior a la costa marítima, y la Virazón, durante el día, de la costa marítima al interior. En cualquiera de los dos casos, son brisas, según los documentos que he podido consultar. Total: que hace calor. Mucho calor. Como suele ocurrir en verano. Otra cosa es lo que cada uno experimenta conforme se van dando cada uno de estos fenómenos. Y a ELLA esto del Terral o de la Virazón la saca de sus casillas. Malos meses. Pero pasarán. Un día de verano, de acuerdo con la sucesión lógica del tiempo, es un día de esperanza. Un día menos para que finalice esta penalidad inevitable. Y esto hay que celebrarlo. Por ejemplo, con una cuestión distinta, algo que permita interesarnos por asuntos no relacionados con la canícula. Cambio de rumbo en este sentido, y observo la resonancia que se produce en mí cuando leo una noticia que se titula de este modo: “No era mi tipo (y acabé liándome con él)”. Procede del periódico “El Faro de Vigo” y lleva la firma de Enma Placer: psicóloga y sexóloga. Trata del sorprendente caso de las uniones sentimentales que fraguan o lo intentan, a pesar de lo peregrino que pueda resultar. La señora o señorita Placer escribe: “Muchas relaciones memorables han nacido precisamente donde no pensábamos mirar. Y no porque fueran idílicas, sino porque implicaron romper con una versión antigua de nosotras mismas. Una que creía saber lo que quería, pero en el fondo solo repetía lo que le enseñaron”... Cosa que parece plausible. Habrá modelos a este respecto. Nunca entendí lo de los prototipos de persona. Ese ideal basado en el egoísmo que todos llevamos dentro. La configuración del otro, diseñada a mayor gloria de todo lo que nos beneficie. Egoísmo, digo, y soberbia. Porque el pretendiente, como un atleta en tiempo de competición, evoluciona convencido de ser el más poderoso. Los hermosos y las bellas, lo sean en verdad o no, pretenden a su lado, un titán o una diosa, cual genio que emerja de la lámpara y, no solo conceda tres deseos, sino toda una vida de feliz prosperidad. Nunca lo entendí y sigo sin entenderlo. Las personas, cuando nos acoplamos, mantenemos una conexión y logramos permanecer en ella, debemos entender todo lo que venga acto seguido como un intercambio de datos y sensaciones. Y tal cosa debe ser prioritaria a otros supuestos, desde luego legítimos… Me parece, no obstante, que todo esto de las relaciones, para quienes optan por declarar que contemplan un tipo específico de ser humano, cuyas características han de ser estas o aquellas, es como dirigirse a un comercio para adquirir, pongamos, unos zapatos. Uno puede tener una idea clara de qué materiales, formas, colores, precio. Y conformarse, más tarde, con una variante, una aproximación o lo que haya, porque esa pieza ya no se fabrica o, si se hace, es más rentable disponer de otros, en ese momento de más salida. O puede que no. Al fin y al cabo, ¿qué sé yo de relaciones? Como de vientos y de brisas. Me destoso.
https://dle.rae.es/viraz%C3%B3n
https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/brisa-marina-y-de-tierra-o-terral-verano.html
https://barcoenalquiler.es/el-terral-de-malaga/
https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/que-es-el-terral-y-por-que-se-produce-malaga.html
La imagen se obtuvo mediante los servicios que proporciona COPILOT
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