A LA HORA DEL DESAYUNO: CAFÉ CON ALUCINACIONES SOLARES


Buenas noches nocturnas... Las personas que se desplazan a fin de sumergirse y tomar un baño regresan de la imperiosa salinidad perfectamente sazonadas. Esto es muy del gusto de la arena, porque el rebozado se produce a plena satisfacción y las funciones del horno atmosférico prosiguen con las artes de cocina, de acuerdo con lo previsto por el jefe, allá donde se encuentre. Aunque dicen que observa los procesos diseñados por Él desde cualquier localización.


Esto lo he constatado poco antes de abandonar el observatorio. El elegido para interpelar al mundo en el día de hoy. Antes, ya que escrutaba el horizonte próximo, al avisar en voz alta —en ocasiones lo hago telepáticamente— porque un individuo, residente o servidor a sueldo en una de las casas que, dicen, fue de pescadores, muy cercanas al mar, empezaba a desplegar sobre la arena una carpa de grandes dimensiones, obtuve respuesta. Señal proporcionada por ELLA, atenta a las manifestaciones de mi ignorancia.


Según su especializado razonamiento, como la salida principal de la vivienda dicha daba a un dique rocoso, para disponer de un acceso cómodo a las aguas, montaban esa mansión portátil, para estar en ella a los efectos de solazarse. Quería decir que, o los ocupantes del edificio excedían el número militar de los integrantes de una brigada, o estaban por recibir invitados.


A mí me pareció una solemne memez. No las explicaciones que ELLA me estaba dando —no vayamos a tener un lío—. Pero, ¿qué sé yo de asuntos costeros, de protocolos de fin de semana, de usos y costumbres populares, de necesidades de la gente bien? ¡Cuánto habría de callar en vez de importunar el paso de las horas con mis apetencias verbales!


Pero hay más. ELLA, a partir del momento en que contribuyó a desasnarme, se puso en marcha. El chiringuito, en su caso, solo tiene la justificación propia de los lugares en los que se está de paso. “De paso, de paso”, como cantaban Aute— el autor de la letra y de la música— y Ana Belén.


Tras las despedidas funcionariales —pues tampoco partía hacia el fin del mundo— advertí que se había presentado la policía municipal. Lo supe porque las dos agentes a las que vi tenían rótulos en su ropa de trabajo con ese detalle. Como fuere, agradable encuentro. No está mal advertir que los responsables del orden realizan su trabajo. Una pareja ocupada en comprobar que todo iba como se pensó. Incluso, para ello, entendí que documentaban esos instantes. Seguramente porque luego tendrían que rendir cuentas ante sus superiores y, amigos, una imagen vale más que mil palabras: convenía actuar de esa manera.


Por si fuera poco, lo visto por este cronista pudiera explicarse como acabo de pormenorizar, pero es solo una explicación deudora, de nuevo, de mis pocas luces. Lo cierto es que, como una diligente camarera me confió, no retrataban al cada vez más nutrido pelotón de ociosos militantes del viernes, ni la presencia de las embarcaciones de piratas que llegan de alta mar para apoderarse del botín en manos de los presentes. No. Se fotografiaban a sí mismas.


¿Una autofoto? ¡Qué va! Una de ellas, la más estilizada de las dos, posaba. En actitud de vigilancia. Firme, mirada al frente, escrutando la vida. La otra, la que ejercía de fotógrafa, tomaba a su compañera, mediante el objetivo de la cámara del smartphone, por la espalda. Operación repetida para, más tarde, elegir el arrobo oportuno. De esta manera, no solo se registraba la actividad de los vigilados, sino que lograron pruebas irrefutables de su paso por el sitio, con todas las de la profesión.


Enseguida abandonaron la zona en animada charla durante un muy distendido paseo. Porque no hubo signos de confrontación: los tiburones, carabelas portuguesas, peces araña, dragones azules, medusas de distintas especies y otros peligrosos depredadores, propios de aguas infestadas, que evolucionan sumergidos o sobre la superficie de unas aguas que no han recibido el visto bueno de Neptuno, debían haber acudido al congreso de criaturas afectas a la humedad que se desarrollaba durante estos días en un puerto cercano.


Los submarinos yankees y los soviéticos —que sí, que ahora son solo hijos de Putin— se abstuvieron de desplegar los periscopios, de modo que navegaron junto a los calamares gigantes: monstruos a los que adiestran conforme a sus malvados intereses.


Y ahora voy a quitarme del sol, porque no estoy preparado para la abundancia y enseguida se me aboya el contrachapado. He dicho. 


Me destoso.



La imagen se obtuvo gracias a los servicios que proporciona FREEPIK y fue editada después.






Selección gráfica del día...

CAÍN en La Razón 16 de agosto de 2025



IDÍGORAS y PACHI en El Mundo 22 de agosto de 2025



JM NIETO en ABC 20 de agosto de 2025




Selección de contenidos...

Primera:

Ojalá que llueva café

En el Canal Paola Hermosín

https://www.youtube.com/watch?v=8l5eFyfS3sw&list=RD8l5eFyfS3sw&start_radio=1



Segunda:

Waylon Jennings - The Cowboy

En el Canal Waylon Jennings 

https://www.youtube.com/watch?v=5lGzz0ogp4Q



Tercera:

Jimmy Buffett - University of Bourbon Street ft. Preservation Hall Jazz Band

En el Canal Jimmy Buffett Official

https://www.youtube.com/watch?v=dqjA_KC64gI















Comments

Popular posts from this blog