TREINTA Y NUEVE GRADOS A LA SOMBRA: CALOR Y ALUCINACIONES

Buenas noches nocturnas… En una publicación facilitada por el diario *El Español*, se habla de un viajero cuyas impresiones acerca de nuestro país son las de alguien que observa un territorio empobrecido respecto a otros estados europeos, como Francia, sin ir más lejos. Sospecho de las intenciones de los periodistas a los que me he referido. No porque mientan, sino porque parece que les conviene proporcionar sombras al refulgente desempeño económico del gobierno de Pedro Sánchez, que objetivamente presenta buenos números. Por eso, giro mi cuerpo —metafóricamente, puesto que sigo sentado— e ignoro lo que concierne a esa noticia.

Afuera sigue haciendo mucho calor. Y no solo por razones climatológicas. Es oportuno encontrarse con otros estímulos. Unos que estén originados en un templo del sosiego.

Madrid es una ciudad repleta, incluso en verano, cuando se aprecia el descenso de residentes y visitantes. Esto ocurre también en otros enclaves. Lo que significa que los que no están aquí han ido a parar a otros territorios. Por lo tanto, la saturación de los lugares presuntamente solitarios es un hecho. El viaje será, desde luego, complicado. Pero estoy resuelto a desplazarme. Y, si me acompañan —gracias a las facultades que me ha conferido la vida, para las que reclamo respeto y fe— traspasaremos el marco rectangular de una fotografía, si aceptan dar un paseo por uno de esos lugares en los que no hay nadie…

¿Bueno, nadie? Ahora mismo, no.

Ante nosotros —lo digo por si no lo tienen claro y antes de sobrepasar los límites— hay una silla de madera de color rojo oscuro, de estilo clásico. Está ubicada directamente sobre la orilla del mar, donde las pequeñas olas humedecen sus cuatro patas. Sobre el asiento descansa un libro abierto, lo que pudiera sugerir una escena cargada de contemplación y poesía. El fondo muestra un mar que se extiende hasta el horizonte bajo un cielo parcialmente nublado, con una luz suave que aporta un aire melancólico e introspectivo.

La composición transmite una sensación de pertinente soledad. Como si alguien hubiera estado leyendo en medio del paisaje natural y se hubiera ausentado por un instante, dejando atrás un momento suspendido entre el pensamiento y la brisa marina…

¡Ah, brisa: cuánto te echamos de menos!

No obstante, a lo nuestro. Pasen y vayan distribuyéndose por esa parte; desde allí podremos observar sin causar molestias. Recuerdo, tras haber escuchado una entrevista con profesionales que se dedican a la localización de escenarios para cine, televisión o publicidad, algunas de las dificultades que surgen al contratar con entidades públicas o privadas. Tienen que ver con los inconvenientes originados por los actos de los que cabe responsabilizar a otros operadores. Malos actos, por cierto. Malas sensaciones. De modo que, si contribuimos al deterioro de este paraje, ya no nos querrán más. Nunca.

En fin. Creo que va a regresar enseguida. Se trata de una criatura no humana que tampoco pertenece a la fauna común. Es el dueño de la silla. Pero no ha venido a leer. Ha venido a merendar.

Este es un sitio precioso, tranquilo, donde se está a salvo de todo rumor urbano y se pueden comer… ¡libros! Sí. Concretamente, uno que no es famoso. Una pieza literaria exquisita, cargada de melancolía, voluntad irónica y determinación para reflexionar profundamente sobre el absurdo de los actos humanos. Cada página tiene el sabor de lo inútil, lo bello y lo perdido. Riquísimo.

Por eso eligió una de esas obras maestras que permanecen ocultas, escrita por una mujer que optó por autoeditar su obra. El libro al que me refiero —al que ruego no se acerquen porque esta criatura, además de huidiza, es vengativa— advierte los cambios como una ama de casa antigua, dueña de la ubicación de los retratos de sus nietos sobre los estantes en los que siempre debían estar— pertenece a Sabia Lerta de Combate, una aguerrida escritora, ejemplo de la prosa inclasificable de posguerra.

Por eso, sobre el asiento de la silla: *El riachuelo de las banalidades pantanosas*. Este es el libro que devora nuestro protagonista. O nuestra. Su identidad es aún algo confusa para mí. Lo he observado en más ocasiones y aún no lo tengo claro.

Sea como fuere, presiento que está por llegar. Ya.

Silencio. Quietecitos.

Me destoso.


La imagen aparece en la cuenta de Instagram del usuario o los usuarios, fernlichtsicht… 


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Selección gráfica del día...

RICARDO en El Mundo 17 de agosto de 2025



FLAVITA BANANA en El País 17 de agosto de 2025



JM NIETO en ABC 17 de agosto de 2025




Selección de contenidos...

Primera:

Santana - Carnaval / Let The Children Play | Live at Oakland Coliseum Stadium (1977)

En el Canal Santana on MV

https://www.youtube.com/watch?v=bmH0XTBYQxU&list=RDbmH0XTBYQxU&start_radio=1



Segunda:

Too Many Zooz - “Caravan”

En el Canal Too Many Zooz

https://www.youtube.com/watch?v=E5BxFAFv8aU&list=RDE5BxFAFv8aU&start_radio=1



Tercera:

EL NAÁN "PANADERAS DE PAN DURO"

Canal El Naán

https://www.youtube.com/watch?v=SFFEVOBL6zQ&list=RDEMrnSbdPrWC0MzvCmoAKxz8w&start_radio=1


















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