
CON LA CARA LAVADA NO BASTA Buenas noches nocturnas… Dinero. Hace falta dinero. Para lucir un aspecto natural, bonito y saludable. Hace falta dinero. Unas condiciones físicas óptimas y cierta agudeza, sí. Pero, sin dinero: nada que rascar. La cara que uno observa ante el espejo es la realidad objetiva y patrimonial de lo que se es. Nos pongamos como nos pongamos. Comparecer ante nuestros iguales y ante los desconocidos, listos para la autofoto, para el ingreso en redes sociales camino del estrellato, es una cuestión que puede resolver cada cual en su propio domicilio o mediante los servicios profesionales pertinentes. Esto segundo cuesta más. No nos interesa, por tanto, a no ser que las finanzas incomprensibles a las que estamos acostumbrados —las propias— hayan dado un cambio a mejor al que solemos denominar pelotazo. Debemos optar por la artesanía. Digo, quienes se acojan a esta precariedad. Entonces, para comprobar que esta máxima se ajusta a lo que toca, venga un inciso confi...